AFP (Agencia France-Presse)
DAMASCO. - Las tropas sirias intensificaron este martes los bombardeos contra Yabrud, uno de los últimos bastiones rebeldes en Qalamun, una región estratégica al norte de Damasco fronteriza con Líbano, donde el régimen del presidente Bashar al Asad ha obtenido varias victorias militares.
En Oslo, la Organización para la Prohibición de las armas químicas (OIAC), encargada de supervisar la destrucción del arsenal químico sirio, oficialmente recibió el premio Nobel de la paz y anunció que las destrucciones en un barco estadounidense podían comenzar antes de fines de enero.
La opositora Coalición Nacional acusó al presidente del sirio Bashar al Asad de matar a unas 2.900 personas "con cuchillos", en un informe publicado el martes.
La publicación, que se dio a conocer en el día Internacional de Derechos Humanos, acusa a las fuerzas del gobierno sirio de "al menos 20 matanzas" que "concernieron el asesinato de 2.885 personas" con armas blancas. Entre las víctimas figuran "más de 200 niños y 120 mujeres", añade el informe.
En Ginebra, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) anunció que lanzará el jueves por primera vez por avión a partir de Irak material, vestimentas para el frío y suministros para ayudar a los refugiados en el Kurdistán sirio.
"La próxima operación en Qalamun se efectuará probablemente en Yabrud, que es el último bastión importante en manos de los combatientes de la oposición", afirmó Rami Abdel Rahman, director del opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.
"Las fuerzas gubernamentales, respaldadas por combatientes del Hezbolá libanés y milicias prorrégimen, se apoderaron completamente [el lunes] de la ciudad de Nabak, después de más de diez días de bombardeos intensos, de ataques aéreos y de combates, en los que murieron decenas de habitantes de Nabak", añadió Abdel Rahman.
Yabrud "es un feudo importante" de los insurgentes "y el régimen bombardeó los suburbios de Yabrud, la región de Rima y los huertos que la rodean", añadió el portavoz.
El OSDH asegura que todavía hay rebeldes en pequeños pueblos de Qalamun. La ONG también pidió la liberación "inmediata" de las 12 religiosas del convento de la ciudad mayoritariamente cristiana de Maalula, a 55 km al norte de Damasco, que están "con el Frente Al Nosra en Yabrud". Los rebeldes habían conducido a estas religiosas a Yabrud a principios de diciembre.
Los medios de comunicación oficiales sirios y el ejército anunciaron el lunes la toma de la ciudad de Nabak.
Qalamun fue durante un año una retaguardia de los rebeldes por la que transitaban las armas hacia la región de Damasco.
Por otra parte, en Beirut, la pareja del periodista español Javier Espinosa, Mónica García Prieto, pidió este martes que los secuestradores del periodista de El Mundo y del fotógrafo independiente Ricardo García Vilanova en Siria "honren a la revolución" y "los liberen".
Ambos secuestrados "viajaron una docena de veces a Siria para documentar crímenes de guerra, arriesgando sus vidas y convirtiéndose en hermanos de los sirios en su miedo, miseria y crisis humanitaria", afirmó Prieto.
"Así lo hicieron porque pensamos que el pueblo sirio necesita nuestro trabajo y que debemos vivir a la altura de nuestra responsabilidad", añadió.
Según indicó El Mundo en las primeras horas del martes, Espinosa y García "fueron secuestrados el pasado 16 de septiembre en el 'checkpoint' de Tal Abyad, en la conflictiva provincia de Raqqa" cerca de la frontera turca cuando se aprestaban a dejar Siria.
Los dos fueron secuestrados por miembros del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), un grupo ligado a Al Qaida, junto a "cuatro combatientes de [...] una de las brigadas" del Ejército Sirio Libre, que fueron liberados unos días más tarde, contrariamente a los dos españoles, según El Mundo.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) señalaba a principios de noviembre que desde el inicio del conflicto sirio 25 periodistas han muerto sobre el terreno.
También según RSF, un número similar de periodistas están desaparecidos o secuestrados, aunque el número exacto de reporteros extranjeros secuestrados es difícil de estimar, ya que algunas familias y gobiernos piden a los medios que no revelen su desaparición.
La situación en Siria es, además, cada vez más caótica y peligrosa para los periodistas, debido a la multitud de facciones rebeldes y milicias que combaten junto al régimen.
Cerca de 126.000 personas han muerto en ese país desde el principio de la movilización popular contra Asad en marzo de 2011, que luego se convirtió en rebelión armada, según un balance de víctimas del 2 de diciembre del OSDH.