The Independent, Reino Unido
Manama, Robert Fisk. - Desesperados para evitar una intervención militar estadounidense en Libia en el caso de una larga lucha entre el gobierno de Gaddafi y sus adversarios, los estadounidenses le han pedido a Arabia Saudí que suministre armas a los rebeldes en Bengasi. El Reino Saudí, que ya se enfrenta a una Jornada de la Ira de su 10 por cien de chíies el viernes, que ha prohibido todas las manifestaciones, no ha respondido todavía a la petición clasificada de Washington, aunque el rey Abdula desprecia al líder libio, quien intentó asesinarle hace un año.
La petición de Washington sigue a otras cooperaciones militares de Estados Unidos con los saudís. La familia real en Jeddah, que estuvo profundamente implicada en el escándalo Contra durante la administración de Reagan, apoyó inmediatamente los esfuerzos norteamericanos para armar a las guerrillas que luchaban contra el ejército Soviético en Afganistán en 1980 y después también financió y armó a los Taliban.
Pero los Saudís son el único aliado árabe de Estados Unidos situado estratégicamente y capaz de suministrar armas a las guerrillas de Libia. Su ayuda permitiría a Washington desvincularse de cualquier intervención militar en la cadena de abastecimientos – aunque las armas serían americanas y pagadas por los Saudís.
A los saudís les han dicho que los rebeldes libios necesitan misiles anti-tanque y morteros para frenar los ataques del ejército de Gaddafi, y misiles tierra-aire para derribar sus cazabombarderos.
Los suministros podrían llegar a Bengasi en 48 horas pero tendrían que ser entregados en aeropuertos en Libia.
Durante varios días, aviones estadounidenses de vigilancia Awacs han estado volando alrededor de Libia, en contacto constante con los controladores aéreos de Malta y pidiendo detalles de los planes de vuelo libios, incluyendo los viajes hechos en las últimas 48 horas por el avión privado de Gaddafi que voló a Jordania y de vuelta a Libia justo antes del fin de semana.
Oficialmente, la OTAN explicará la presencia de los aviones de vigilancia awacs como una parte de la operación Active Endeavour creada tras el 11 de setiembre del 2001, que tiene un amplio margen para llevar a cabo misiones antiterroristas en Oriente Medio.
Pero Arabia Saudí se enfrenta a sus propias protestas, lideradas por los chiíes, quienes, animados por las manifestaciones en Bahrein, han convocado protestas en las calles contra la família real al-Saud el viernes.
Tras enviar a policías y soldados a la provincia de Qatif la semana pasada, el gobierno prohibió todas las manifestaciones.
Si el gobierno saudí accede a la petición de enviar armas y misiles a los rebeldes libios, sería casi imposible para el presidente de Estados Unidos Barack Obama condenar al reino por la violencia contra los chiíes de las provincias nororientales.
Así, el despertar árabe, las peticiones de democracia en el norte de Africa, la revuelta chií y el alzamiento contra Gaddafi se han entrelazado en pocas horas con las prioridades militares de Estados Unidos en la región.