El proceso contra Yulia Timoshenko puede afectar a Rusia

RIA Novosti, Rusia

Moscú. - El viernes, 5 de agosto, la ex primer ministra de Ucrania Yulia Timoshenko fue detenida por desacato al tribunal que la juzgaba bajo cargos de malversación de fondos públicos y abuso de poder. El arresto “espontáneo” resultó ser una acción cuidadosamente preparada por las autoridades ya que el vehículo que la transportó desde el juzgado estuvo acompañado por centenares de efectivos del cuerpo especial de la policía ucraniana.

Yulia Timoshenko.
Yulia Timoshenko.
El proceso contra Timoshenko dura ya más de un mes: la Fiscalía General la acusa de abuso de poder al firmar en 2009 los contratos sobre suministros del gas natural desde Rusia. La ex primer ministra niega todas las acusaciones y afirma que todo lo que está ocurriendo es una venganza política de las autoridades actuales del país.
El proceso contra Timoshenko ha alterado la situación política en Ucrania y desató protestas entre los ciudadanos .Y en cualquier caso, este curso de las cosas será, sin duda, perjudicial para Rusia.

Los juegos en la audiencia
Tal vez el presidente del tribunal, Rodion Kireev, tuvo motivos formales para ordenar la detención de Timoshenko ya que la ex primera ministra con su comportamiento dio a entender que no reconoce la legitimidad del tribunal.
Al mismo tiempo, la ex jefe del Gobierno se mostró muy complacida cuando se interrogaba a los testigos que podrían testimoniar a su favor.
Al empezar la vista de la causa, Timoshenko rehusó dirigir su mirada a los jueces y durante la audiencia miró a las cámaras de los periodistas.
Sin embargo, la acusada estuvo muy dócil cuando llegaron los testigos importantes – el ex presidente de la corporación nacional de petróleo y gas Naftogaz de Ucrania Oleg Dubina, el vicepresidente de la misma empresa Igor Didenko, y el ex ministro de Energía Yuri Prodan. A Prodan, que testimonió a favor de Yulia Timoshenko, ella le sirvió personalmente un vaso de agua mineral. Pero tras escuchar las alegaciones de Didenko, Dubina y el actual primer ministro Nikolai Azárov, que la acusó de haber financiado con dinero público a los patrocinadores de su campaña presidencial en 2010, a la ex primera ministra  le fallaron los nervios.
Puso en marcha un truco primitivo exigiendo un intérprete porque alegaba no entender a Azárov que habló en ruso. Aunque  el día anterior, en la misma sala escuchó muy atenta lo que dijo Oleg Dubina, que también habló en ruso, y no tuvo ningún problema de interpretación.

Todos en contra de Timoshenko
Sin embargo, la versión que Dubina y Didenko presentaron al tribunal no es favorable para Timoshenko. Según esos funcionarios, en enero de 2009 la entonces jefa del Gobierno intervino en las negociaciones de las empresas Naftogaz y Gazprom sobre el contrato de gas sin tener las atribuciones  suficientes.
Didenko dio su versión sobre los sucesos del 19 de enero de 2009, el día de la firma del contrato en cuestión: “El señor Dubina me dio una carpeta, lei que eran las directrices. Les eché un vistazo, estaba la cifra de 450 (precio básico del contrato), otra de 1,7 (la tasa del tránsito de gas), el volumen de suministro – alrededor de 11 mil millones (volumen de tránsito)... Vi la firma de Yulia Timoshenko, el sello. La inscripción de “Vendido”. Y esto fue todo. Tuve claro sin más explicaciones que tuvimos que atenernos a ese documento”.
Cabe recordar que la parte acusadora, cuya postura coincide con la del presidente y el primer ministro ucranianos actuales, imputa a Timoshenko la responsabilidad por la firma de un contrato desventajoso para el país ya que obligó a Ucrania comprar el gas ruso por un precio que supera incluso el que pagan los países ricos de Europa occidental.
El documento, que Dubina y Didenko interpretaron como directrices del gobierno, había sido preparado, según afirma la fiscalía, personalmente por Yulia Timoshenko y respondía a sus intereses personales y políticos.
Es curioso que el abuso de poder por parte de la ex primera ministra es reconocido ahora no sólo por los altos cargos del anterior gobierno de Ucrania que son partidarios del presidente actual, Víctor Yanukóvich, sino también por algunos de sus adversarios.
El ex titular de Asuntos Exteriores de Ucrania, Vladímir Ogrizko, declaró ante el tribunal el jueves, 4 de agosto, que Timoshenko no tenía derecho a dar instrucciones a Naftogaz.
El predecesor de Timoshenko en el cargo del primer ministro, Yuri Ejanúrov, calificó el precio del contrato de gas firmado por Timoshenko de “exagerado”.
Respondiendo a las preguntas del juez, supuso que ella aceptó este precio “debido a la presión por parte de la Fiscalía General de Rusia” que, según él, sigue acordándose de las deudas de la empresa exportadora del gas ruso “Sistemas Unidos de Energía de Ucrania” dirigida por Yulia Timoshenko entre los años 1995 y 1997.

¿Quién saldrá ganando?
Estas alegaciones de los adversarios, sin duda, convienen a Víctor Yanukovich que quiere aprovechar el momento para eliminar a su rival político y la líder de la oposición, Yulia Timoshenko.
Pero no es evidente que la derrota de la misma sea beneficiosa para Rusia. El ex ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Vladímir Ogrizko, acompañó su crítica de la acusada con la propuesta de anular inmediatamente el contrato “leonino” con Rusia firmado por ella en 2009.
Su lógica es simple: si el contrato en cuestión fue firmado “bajo presión” de la parte rusa y con infracciones, es inválido. De esta manera, la derrota de Timoshenko, que no simpatiza con Rusia, podrá dar comienzo a una nueva escalada de la “guerra del gas” entre Rusia y Ucrania.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ya declaró que todos los contratos de gas firmados con Ucrania en 2009 se firmaron de acuerdo con la legislación de ambos países y que Moscú espera que el proceso contra Yulia Timoshenko sea justo, se respete el derecho a la defensa y se observen las normas humanitarias.
¿Cómo se desarrollará la situación a partir de ahora? Es poco probable que Timoshenko y sus partidarios sean capaces de movilizar a las masas para organizar una coalición popular tan importante como en los años 2002 y 2003, cuando fue perseguida por el entonces presidente ucraniano Leonid Kuchma. Entonces los manifestantes consiguieron que Timoshenko fuera liberada de la prisión preventiva.
Cinco años de gobierno de Timoshenko restaron entusiasmo a los ucranianos tanto con respecto a la ex primera ministra como a las protestas masivas. Sólo un duro veredicto acusatorio contra Timoshenko y el ex minisro ucraniano del Interior, Yuri Lutsenko, podrá provocar protestas entre los ciudadanos .
No obstante, el arresto de la líder de la oposición causa descontento,  y este descontento es políticamente justo. Dígase lo que se diga de las cualidades personales de Timoshenko, es hoy en día la figura más importante de la oposición ucraniana.
Su eliminación del escenario político nacional durante cinco años (esta es la condena en el caso de la sentencia desfavorable) significaría la supresión temporal de la oposición política seria en el país.

Dmitri Bábich


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