El régimen sirio denuncia "colonialismo" occidental y prosigue su represión

AFP (Agencia France-Presse)

DAMASCO, (AFP) - El gobierno sirio acusó este lunes a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña de querer volver a la época colonial intentando hacer condenar a Siria en la ONU por la represión de las manifestaciones, que el lunes causó tres muertos más.

Un funeral multitudinario en Siria.
Un funeral multitudinario en Siria.
Intentan "imponer su hegemonía en Siria y utilizar a la ONU como un medio para restablecer el colonialismo y justificar sus injerencias", declaró el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faisal Meqdad.
El lunes, tres civiles murieron por disparos de las fuerzas de seguridad en Talbiseh, cerca de Homs, en el centro de Siria, cercada por el ejército desde el domingo, informó un defensor de los derechos humanos que requirió el anonimato.
Desde la madrugada del martes, decenas de tanques cercan las ciudades de Rastan y Talbiseh, así como la localidad de Teir Maaleh, con el objetivo de aplastar la rebelión en esas zonas cercanas a Homs, tercera ciudad del país situada a 160 km del Damasco.
Según un militante de una organización de defensa de los derechos humanos, 11 civiles, entre ellos una niña, murieron el domingo bajo las balas de la represión en Rastan, Talbiseh y Homs.
"Los allanamientos continúan en esa región, particularmente en Talbiseh", agregó ese militante que requirió el anonimato.
Por su parte, la agencia oficial SANA informó que cuatro militares, entre ellos un oficial, murieron el domingo y otros catorce fueron heridos por "grupos terroristas" en Talbiseh.
El jueves pasado, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Portugal presentaron ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que condena la violencia del régimen del presidente Bashar al Asad.
Sin embargo, Rusia descartó el viernes que el Consejo de Seguridad estudie ese proyecto.
Estados Unidos y la Unión Europea ya adoptaron sanciones contra el régimen sirio y el propio presidente Asad, pero no estudian la posibilidad de intervenir en ese país, cuya desestabilización tendría repercusiones en toda la región.
En Facebook, los opositores llamaron el lunes a los sirios a "quemar las fotos" del jefe de Estado Bashar al Asad, cuyo régimen decidió reprimir las manifestaciones de protesta.
Desde el inicio de las manifestaciones, más de 1.100 civiles murieron víctimas de la represión, según un recuento de grupos de defensa de los derechos humanos.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció la brutalidad de la represión.
"La brutalidad y la amplitud de las medidas adoptadas por los gobiernos en Libia y ahora en Siria han sido particularmente chocantes en su absoluto desprecio de los derechos fundamentales", declaró Pillay el lunes en Ginebra ante los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Pillay exhortó nuevamente a Siria a que deje entrar en su territorio una misión de la ONU encargada de investigar las violaciones de los derechos humanos durante la represión de la rebelión popular.
Esa misión debe presentar un informe preliminar el 15 de junio próximo.
En el terreno, los sirios siguen manifestándose y las fuerzas de seguridad, reprimiendo.
En la noche del domingo se registraron manifestaciones en Hama y Saraqeb, cerca de Idleb, noroeste, y en Duma y Jdaidat Artuz, dos suburbios de Damasco.
Por su parte, las fuerzas de seguridad efectuaron allanamientos en Zabadani, 50 km al norte de Damasco, después de que los muros aparecieran pintados con consignas contra el régimen.


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