Tercera parte:
creación de un Estado pirata en el noreste de Siria
La tercera parte de la operación es la que concierne el noreste de Siria. Mientras Israel utilizaba prácticamente todo su poder de fuego contra Gaza, Turquía desecaba el noreste de Siria desviando las aguas del Éufrates y, desde la base turca de Incirlik, la aviación de la OTAN rociaba esa región con un tipo de pesticida utilizable desde gran altitud. Utilizado en el desierto para acabar con las plagas de langosta, ese producto químico esteriliza la tierra. El antiguo granero de Siria, que garantizaba la producción de trigo de ese país, es ahora una región prácticamente inutilizable para las tareas agrícolas.
Resulta sorprendente que Estados Unidos, que hoy se presenta como el líder de la lucha contra las armas químicas, recurra a la guerra química contra Siria mientras acusa a ese país de hacer lo mismo.
Al mismo tiempo, la OTAN ha introducido en el noreste de Siria familias musulmanas de la etnia uigur traídas desde China. Esas familias uigures, que hablan turco, recibirán allí entrenamiento con vista a la posterior desestabilización de China, en una maniobra similar a lo que ya se hizo con los combatientes de Osama ben Laden –inicialmente reunidos en Afganistán contra el gobierno comunista afgano y posteriormente utilizados contra Rusia en Chechenia y contra China en la región de Xinjiang–, hasta que acaben chocando con la Organización de Cooperación de Shanghai. Como señalara el politólogo mexicano Alfredo Jalife, el Estado Islámico fue creado en el Levante y su misión consistirá en desestabilizar el «Medio Oriente ampliado» durante los próximos 4 años, pero su objetivo final es proseguir la tarea ya iniciada.
El único problema de este programa es que mientras que Irán se incorporó a la Organización de Cooperación de Shanghai, la India ha preferido mantenerse en su actual estatus de observador. Nueva Delhi estima que la división del mundo en dos bloques solamente puede conducir a la guerra. Al mismo tiempo, y a pesar de que el nuevo primer ministro indio Narendra Modi es un nacionalista y no un miembro del Partido del Congreso, la India ha optado por la política de «no alineamiento» de Jawaharlal Nehru. Ante esa decisión de la India, es posible que se posponga la creación de «al-Qaeda en Guerra Santa en el Subcontinente Indio», anunciada el 3 de septiembre por Ayman al-Zawahiri.
El noreste de Siria es un territorio ideal para la implantación de un Estado pirata. La población que allí queda está organizada en tribus que a menudo se desplazan hacia Arabia Saudita a través del desierto. Y los únicos Estados que la OTAN ha logrado destruir hasta este momento son precisamente Afganistán, Irak, Libia y el noreste de Siria, o sea única y exclusivamente las sociedades tribales. Por el contrario, la OTAN ha fracasado en todos los demás Estados con sociedades eminentemente no tribales que ha tratado de destruir: Túnez, Egipto y –por supuesto– el resto de la República Árabe Siria. Washington espera que, recurriendo al soborno de jefes tribales, podrá imponer el control del Estado Islámico en el noreste de Siria, sin importar la voluntad de sus pobladores.
Al-Qaeda y el Emirato Islámico
Hay que señalar de paso que la diferencia entre al-Qaeda y el Estado Islámico parece realmente muy artificial. Mucho se ha escrito y hablado durante los últimos meses afirmando que los proyectos de ambas organizaciones yihadistas eran fundamentalmente diferentes. Según quienes sostienen tales argumentos, al-Qaeda predica la yihad mundial mientras que el Estado Islámico prioriza la inmediata creación y consolidación del califato sólo en una parte del mundo.
Sin embargo, en su video del pasado 3 de septiembre, el emir de al-Qaeda Ayman al-Zawahiri, fija como objetivo la instauración de un califato en Birmania, Bangladesh y en ciertas regiones de la India. Pero no por ello es menos cierto que si bien el Estado Islámico es resultado de una escisión de al-Qaeda, el ex EIIL se diferencia de su antecesora en su capacidad de reclutamiento y para administrar los territorios bajo su control. El Estado Islámico se ha dotado, en efecto, de dos nuevos servicios: una oficina de relaciones públicas, que se encarga de publicar videos e informes de actividades al estilo de las transnacionales estadounidenses, y un servicio de administradores civiles, equivalente a los prefectos franceses. Observación: la única escuela militar del mundo que forma tanto especialistas en relaciones públicas como administradores es la que tienen en Fort Bragg las fuerzas terrestres de Estados Unidos.
La continuación del plan
En los próximos meses es muy probable que el Kurdistán actualmente iraquí exija y obtenga su independencia mientras que el Estado Islámico será empujado hacia Siria por la coalición conformada por iniciativa de Estados Unidos. Lógicamente, los sunnitas iraquíes se negarán entonces a verse nuevamente bajo la autoridad de Bagdad y también exigirán su propia independencia.
Si la obtienen, Washington les impondrá una monarquía cuyo trono pondrá en manos de la familia reinante en Jordania. El príncipe Ali y su esposa, la princesa Rym (hija de Lakhdar Brahimi y ex presentadora de CNN), se convertirían así en soberanos de esa parte del actual territorio de Irak.
A cambio de eso, Jordania adoptaría el proyecto de ley repetidamente rechazado en virtud del cual ese país concedería la nacionalidad jordana a los habitantes de Gaza. Al haberse integrado el reino hachemita al Consejo de Cooperación del Golfo, los pobladores de Gaza podrían entonces abandonar su país para irse a trabajar en Arabia Saudita o en los Emiratos Árabes Unidos –como jordanos, no como palestinos. De esa manera, la cuestión del desplazamiento de la población de Gaza se resolvería con el paso del tiempo.
Pero el factor Rusia podría interferir la aplicación de ese cínico plan. Moscú acaba de anunciar que, para empezar a luchar contra el Estado Islámico, no tiene por qué esperar a que tenga lugar la reunión del Consejo de Seguridad sobre ese tema.