El rey de los belgas toma juramento al nuevo gobierno del país

AFP (Agencia France-Presse)

BRUSELAS. - El rey de los belgas, Alberto II, tomó juramento este martes al nuevo gobierno de Bélgica, poniendo fin a una crisis política de 18 meses, en el pequeño país europeo dividido por tensiones lingüísticas entre el norte y el sur.

Elio di Rupo-centro- y Alberto II
Elio di Rupo-centro- y Alberto II
Tras 541 días sin gobierno, el monarca tomó juramento del primer ministro belga Elio Di Rupo, de 60 años, el primer francófono al mando de este país en más de 30 años, al igual que a sus 12 miembros de su gabinete y seis secretarios de estado.
"Juro fidelidad al Rey, obediencia a la Constitución y a la Ley", dijo Di Rupo en francés, neerlandés y alemán, las tres lenguas oficiales del pequeño país europeo.
Di Rupo, de 60 años, es el primer francófono en dirigir un gobierno de Bélgica desde hace más de 30 años, y el primer socialista en este cargo desde 1974 en una Europa dominada por los líderes conservadores. Será también uno de los pocos jefes de gobierno en el mundo abiertamente homosexual.
Bélgica, tironeada por reivindicaciones autonomistas flamencas, estaba sin un gobierno de pleno ejercicio desde abril de 2010. Una carencia de duración récord en el mundo.
Las negociaciones, que se llevaban a cabo desde las elecciones del 13 de junio de 2010, es decir más de 18 meses, tropezaron durante mucho tiempo contra las divergencias entre los partidos flamencos, mayoritarios en Bélgica, y los francófonos, a tal punto que llegó a plantearse inclusive el desmembramiento del país.
Elio Di Rupo presentará su declaración de política general ante los diputados el miércoles, lo que le permitirá asistir jueves y viernes a la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. La Cámara de diputados debe votar la confianza al nuevo gobierno el sábado.
A la división lingüística del reino se agregó una división política creciente entre el norte flamenco, resueltamente anclado en la derecha, y el sur francohablante en Valonia, que se sitúa en la izquierda.
En el trasfondo de la crisis está el hecho de que los flamencos, 60% de la población, tienen la sensación de pagar por los francohablantes, más pobres y acusados de no hacer los esfuerzos necesarios para mejorar la situación económica.
Fue finalmente la crisis de la deuda en la zona euro que obligó a las dos grandes comunidades a llegar a un acuerdo. La agencia de calificación financiera Standard & Poor's rebajó la nota crediticia de Bélgica obligando a los partidos, que se oponían sobre temas presupuestarios, a hallar un compromiso.
El principal obstáculo fue levantado con un acuerdo sobre el presupuesto federal para reducir el déficit de Bélgica a 2,8% del PIB en 2012 y alcanzar el equilibrio en 2015 y estar en conformidad con la Comisión Europea.
 


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