El saliente Heinz Fischer favorito en presidencial austriaca
AFP, Agence France-Presse
Los austriacos reelegirán el domingo, según todas las previsiones, a su actual jefe de Estado, el social demócrata Heinz Fischer, frente a la candidata de ultraderecha Barbara Rosenkranz, obligada durante la campaña a rectificar sus inquietantes declaraciones.
Heinz Fischer
El partido de Rosenkranz, el FPOe y el otro movimiento de la ultraderecha austriaca BZOe obtuvieron 17,74% de los votos en las europeas del año pasado.
Barbara Rosenkranz, de 51 años, obtendría entre 13 y 16% de los votos según los últimos sondeos publicados a una semana de las elecciones.
Un tercer candidato, Rudolf Gehring, de 61 años, jefe del partido cristiano CPÖ sólo obtendría entre un 4 y un 5%.
El presidente austriaco sólo tiene un papel honorario y moral pero es el único dirigente elegido directamente por sus conciudadanos. Debe nombrar al canciller según los resultados de las legislativas, en tal caso el social demócrata Werner Faymann que dirige desde fines de 2008 un gobierno de gran coalición con los conservadores de OVP.
Frente a la previsible victoria del presidente saliente de izquierda, la derecha austriaca decidió economizar un candidato, signo, según los observadores, de disonancias en el seno del ÖVP que no consiguió ponerse de acuerdo sobre una persona.
Al final, la dirección del partido optó por alentar a sus electores a que voten en blanco el domingo.
En cuanto a la oposición de los Verdes, dio por consigna apoyar a Fisher, garantía de la democracia contra el avance de la ultraderecha.
La campaña electoral, sin debate ni entusiasmo, habría pasado casi desapercibida si no hubiese habido las torpes declaraciones del Barbara Rosenkranz.
La abanderada de la extrema derecha se declaró en un primer tiempo favorable a una reforma de la ley que reprime las actividades neo-nazis y las opiniones que niegan el genocidio de los judíos, con el pretexto del respeto a la libertad de expresión.
La mujer debió corregir sus afirmaciones bajo la presión de las críticas venidas incluso del seno de su propio partido.
El diario popular Kronen Zeitung, que la apoyaba debido sobre todo a sus posiciones antieuropeas, cambió su posición luego de las desafortunadas declaraciones.
Acreditada primero de más o menos un 20%, esta madre de diez hijos ya nunca más pudo reactivar su candidatura luego de la metedura de pata.
El propio presidente saliente rechazó un debate por televisión con ella, explicando que "no tenía ganas de debatir sobre las cámaras de gas".
El tercer pretendiente a la presidencia, Rudolf Gehring, en nombre del partido cristiano CPÖ, vio en la campaña la manera de continuar su encarnizada lucha contra el aborto y la depravación de las costumbres.
En 2004, Heinz Fischer se impuso a la conservadora Benita Ferrero-Waldner con 52,39% de los votos. Este año, 6,35 millones de austriacos están convocados a las urnas y por primera vez los jóvenes a partir de los 16 años.
La participación debería mantenerse bien por debajo de los 71,6% de 2004.