El sudeste asiático teme tensiones creadas por litigios limítrofes de China

AFP (Agence France-Presse)

KUALA LUMPUR, Sarah Stewart, (AFP) - China ya no vacila en desafiar a Japón y en plantarle cara a Estados Unidos en disputas territoriales en Asia, ante la mirada inquieta de sus vecinos, que temen irritar a un país cada vez más poderoso y verse atrapados en un duelo entre potencias.

Una de las islas Spratly
Una de las islas Spratly
La lista de litigios marítimos y terrestres entre China y sus vecinos abarca desde la meseta del Himalaya, en disputa con India, a las islas Spratleys, en el Mar de China Meridional, reclamadas igualmente por Vietnam, Filipinas, Malasia, Taiwán y Brunei.
Pero esos pequeños países evitan darle demasiado eco a sus reivindicaciones, ante el temor de ofuscar a un gigante que se ha convertido en la segunda potencia económica mundial.
Y retuvieron el aliento cuando esta semana las autoridades chinas amenazaron con tomar "otras medidas", sin precisar cuáles, si Japón no liberaba de forma "inmediata" al capitán de un pesquero capturado frente a un islote en disputa entre ambos países.
Pekín también instó a Estados Unidos a mantenerse totalmente al margen de los litigios en el mar de China Meridional, en vísperas de una cumbre entre el presidente Barack Obama y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN: Camboya, Singapur, Birmania, Vietnam, Laos, Filipinas, Malasia, Tailandia, Brunei e Indonesia), el viernes en Nueva York.
"Nos oponemos categóricamente a que los países no involucrados interfieran (...) y nos oponemos a una internacionalización de los diferendos en el Mar de China Meridional porque eso sólo complicaría el problema", declaró el martes la portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu.
"Estaremos atentos a cualquier comunicado que Estados Unidos y la ASEAN puedan publicar", agregó.
Muchos pequeños países temen convertirse "en pasto pisoteado en un combate de búfalos", dice Simon Tay, analista del Instituto de Asuntos Internacionales de Singapur.
Según Tay, en caso de que las cosas empeoren, los diez miembros de la ASEAN deben empeñarse en "mantener un frente unido, sin dividirse como durante la Guerra Fría".
China busca en general resolver sus litigios en negociaciones bilaterales, lo cual le permite afianzar su influencia.
Por eso nadie se sorprendió cuando China rechazó de plano en julio pasado la propuesta de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, de adoptar un enfoque multilateral en los litigios del Mar de China Meridional, alegando que eran para Washington "una prioridad diplomática mayor".
Pero para Pekín, el litigio no existe, pues "China posee derechos de soberanía indiscutibles sobre las islas del Mar de China Meridional y las aguas adyacentes", según afirmó la portavoz de la cancillería.
Se trata de una zona muy extensa, que llega hasta cerca de las costas de Vietnam, Malasia y Filipinas, con fondos ricos en hidrocarburos, a poca distancia de los archipiélagos Paracelso y Spratley.
Las autoridades chinas aceptan sin embargo llevar a cabo junto a la ASEAN una evaluación conjunta de los recursos de los fondos marítimos y del potencial de hidrocarburos de toda la región.
Algunos países, como Vietnam, que tuvo un enfrentamiento bélico con China en 1998, saludaron la posición de Estados Unidos, al que consideran como contrapeso necesario a la influencia de Pekín.
Pero otros países se muestran menos entusiastas.
Tailandia, Camboya y Singapur "no quieren de ningún modo un enfrentamiento entre China y Estados unidos, que les obligaría a elegir un campo", sostiene Li Mingjiang, de la universidad S. Rajaratnam School de estudios internacionales en Singapur.
"El interés del sudeste asiático es la búsqueda de la estabilidad y el mantenimiento de la libertad de navegación", a fin de preservar su despegue económico, dijo Rodolfo Severino, un ex secretario general de la ASEAN.
Según Ernest Bower, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, la nueva dinámica vinculada al imparable crecimiento de la economía china representa a la vez "una gran oportunidad y un alto riesgo" para una de las zonas más dinámicas del mundo.


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