AFP (Agencia France-Presse)
Manama, Bahréin. - Bahréin, la única monarquía del Golfo de mayoría chiita, celebra el sábado elecciones legislativas boicoteadas por la oposición, con una crisis política y el estancamiento de la contestación contra la dinastía sunita como telón de fondo.
El índice de participación será, según los expertos, importante en este pequeño reino de 1,3 millones de habitantes que alberga la V flota estadounidense.
Las legislativas, acompañadas de municipales, son la primera consulta general desde la represión en marzo de 2011 de las manifestaciones surgidas en la estela de la primavera árabe.
La campaña fue poco seguida, como ilustra el mitin de Adel Al Dhawadi, candidato del Foro Islámico, cercano a los Hermanos Musulmanes, que congregó el miércoles por la noche a unas decenas de hombres y mujeres, separados por sexos, cerca de Manama.
"Uno es libre de participar en las elecciones o de boicotearlas. Pero más vale votar para implicarse en el cambio", afirma Salah Masameha, profesor universitario jubilado que asistió al mitin.
Un total de 266 candidatos aspiran a los 40 escaños de la cámara de diputados para un mandato de cuatro años.
Ninguno de ellos representa al influyente grupo chiita Al Wefaq, ausente de las elecciones, a las que se presentan sobre todo pequeñas formaciones sunitas.
"La próxima cámara no será representativa del conjunto de la clase política. Adolecerá de una verdadera oposición parlamentaria", declaró a la AFP el analista bahreiní Ali Fakhru. La mayoría de los candidatos son "hombres de negocios o profesionales con distintos oficios, sin experiencia política", lo que, en su opinión, no ayudará al reino a salir de la crisis.
Este exministro asegura que el país "vive disensiones interconfesionales" agravadas por la polarización regional entre chiitas, encabezados por Irán, y los sunitas, liderados por Arabia Saudita, principal apoyo de la dinastía de los Al Jalifa.
Los 18 diputados del grupo chiita Al Wefaq, principal promotor de la contestación, dimitieron en bloque en 2011 del parlamento elegido en octubre de 2010 para reclamar "una verdadera monarquía constitucional".
Posteriormente las figuras históricas de la oposición fueron detenidas y condenadas a penas de cárcel. La contestación continuó con manifestaciones que con el paso de los meses se volvieron violentas, algo denunciado por Al Wefaq.
Entre los responsables de estos disturbios figuran grupúsculos radicales como el "Colectivo del 14 de febrero".
"Algunos quieren empujarnos a un enfrentamiento interconfesional", advierte Abdalá al Hawihy, presidente del comité central de la Agrupación de Unidad Nacional (RUN - nacionalista), que concurre a los comicios. Él apunta el dedo acusador contra Irán. Es un ejemplo "de la agenda iraní en la región árabe", dice.
A su entender, el boicot no es la solución. Es en el parlamento "donde podemos debatir los temas que nos dividen", afirma, refiriéndose al diálogo entre el poder y la oposición, entablado por el palacio real desde 2011 pero que se quedó en nada.