En el interior de Brasil, los vestigios más antiguos del hombre americano

AFP (Agencia France-Presse)

BRASILIA. - Los vestigios más antiguos de habitantes de las Américas se remontan a 50.000 años y habrían llegado de Africa. Así lo asegura una arqueóloga francobrasileña que ha dedicado su vida a investigar la Sierra de la Capibara, en Brasil, repleta de pinturas rupestres y celebrada en una exposición en la capital del país.

Pinturas en la sierra de Capibara
Pinturas en la sierra de Capibara
"Difícilmente haya un sitio con una concentración tan grande de arte rupestre", dice a la AFP Niede Guidon, la arqueóloga de 80 años, quién desde los años '70 dirigió la misión francobrasileña que realizó las grandes excavaciones en el parque ubicado en el interior del estado de Piauí (noreste).
Antaño frontera entre las selvas amazónica y atlántica, la Sierra de la Capibara atrajo a una civilización de cazadores y recolectores que dejaron un increíble acervo de arte.
Muchos caminos hacia América
Escenas de animales, ceremonias, representaciones de caza, lucha y hasta la vida sexual de estos antiguos pobladores americanos fueron consignadas en pinturas rupestres en 940 sitios arqueológicos situados entre los impresionantes cañones de la Sierra.
El primer vestigio humano -restos de carbón de hogueras estructuradas- fue datado en más de 50.000 años, afirma Guidon, de padre francés y nacida en Sao Paulo. "Hasta hoy es la fecha más antigua" de vestigios humanos en las Américas, destaca. Y la teoría: que habrían llegado de Africa.
La representación de arte rupestre más antigua en la Sierra tiene 29.000 años, "es decir, cuando comenzaba en Europa y en Africa, comenzaba aquí también. La piedra pulida, con lascas, y la cerámica", explica orgullosa.
Los hallazgos en esta sierra ayudaron a cuestionar la tradicional teoría de que el hombre llegó a las Américas hace 12.000 años desde Asia, cruzando el estrecho de Bering hacia Alaska.
Otros sitios en las Américas, como Valsequillo en México y Monte Verde en Chile, con indicios de poblaciones con decenas de miles de años, han llevado a los arqueólogos a aventurar que los pobladores de las Américas llegaron por varias vías y en varias épocas, explica a la AFP la arqueóloga Gisele Daltrini Felice.
En busca de turistas
La "Serra da Capivara" fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1991 por la Unesco, pero apenas unos pocos miles de turistas la visitan cada año.
"Después de mucho esfuerzo, tenemos 20.000 visitantes por año, cualquier patrimonio de la humanidad recibe millones y nosotros estamos preparados para recibir millones", explica Guidon, desanimada con la falta de recursos para promover el inmenso parque ubicado en una área remota del país, junto a la pequeña ciudad de Sao Raimundo Nonato, que lleva años intentando concluir la construcción de un aeropuerto.
Un centenar de piezas del sitio arqueológico están expuestas desde este miércoles en Brasilia: cerámicas, pinturas, restos de flechas y de animales extintos como una mandíbula de un oso perezoso gigante (eremotherium) y restos de un haplomastodon, un pariente del elefante.
"La idea es promocionar un turismo cultural, histórico y natural que puede ayudar al desarrollo de áreas junto a los grandes parques de Brasil, y especialmente la Sierra de la Capibara, que tiene las infraestructuras más modernas", con 172 sitios para visitar, naturaleza exuberante, un gran museo y avanzados laboratorios, pero todavía poco conocido, explica Jerome Poussielgue, responsable de cooperación de la delegación de la Unión Europea (UE).
La UE auspicia la exposición y un ciclo de conferencias con la Unesco, el Instituto de Parques y el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico brasileños.
Guidon recuerda que el interior de Piauí es una zona extremamente pobre que mucho ganaría con el turismo. La fundación que dirige las investigaciones en el parque impulsa proyectos de desarrollo -como una fábrica de cerámica que reproduce las pinturas rupestres- que dan prioridad a las mujeres.
"Queríamos ayudar en el desarrollo de una región en la que las mujeres sufren una violencia enorme", dice Guidon. Hoy las garitas de acceso al parque son custodiadas por mujeres.


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