Enclave español de Ceuta ve el mayor intento masivo de entrada de clandestinos

AFP (Agencia France-Presse)

MADRID. - Más de 1.600 inmigrantes trataron en vano este martes de entrar en el enclave español de Ceuta desde Marruecos, el mayor intento masivo de forzar esta frontera norafricana, donde crece la presión migratoria al tiempo que se suaviza una acción policial blanco de duras críticas.

Al amanecer, unos 1.200 inmigrantes se acercaron a la frontera: un primer grupo intentó penetrar en suelo español por el puesto fronterizo de Tarajal, otro un kilómetro más lejos, mientras un tercer grupo daba media vuelta, informó un portavoz de la delegación del gobierno español en ese enclave en el norte de África.

"Ninguno lo ha conseguido", precisó.

Un poco más tarde, un cuarto grupo, de unos 450 inmigrantes, volvió a intentar entrar por la fuerza por el puesto fronterizo en vano.

"Las fuerzas de seguridad marroquíes y la Guardia Civil (española) se han coordinado para evitar la entrada", explicó.

El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, atribuyó esta nueva presión migratoria a la polémica surgida en España por la respuesta de la Guardia Civil a un intento similar ocurrido el 6 de febrero que se saldó con la muerte de al menos 14 subsaharianos.

"Las mafias criminales que trafican con seres humanos están detrás de todo este movimiento", afirmó ante la prensa.

"Están muy pendientes de todo lo que está pasando en España. Están muy pendientes de que se ha cuestionado nada menos que la actuación de la Guardia Civil. Están muy pendientes de las divisiones que se han producido en políticas en España", aseguró.

"Y entienden eso como una muestra de debilidad y están diciendo que ahora o nunca", agregó.

Según el ministro español, que citó cifras proporcionadas por su homólogo marroquí, "hay 40.000 personas en Marruecos que ilegalmente están esperando para pasar a España, y 40.000 más en la frontera de Mauritania con Marruecos".

El 6 de febrero, también se produjo de madrugada un intento de asalto masivo por varios cientos de personas.

Al no poder forzar la entrada por el puesto fronterizo, algunos habían tratado de superar a nado el espigón que en ese lugar separa a los dos países por el mar y al menos 14 murieron ahogados.

Inmigrantes testigos de la escena, cuyos relatos fueron divulgados por los medios y por los defensores de los derechos humanos, denunciaron que las fuerzas de seguridad habían utilizado pelotas de goma contra los clandestinos, provocando virulentas críticas de la oposición al gobierno conservador de Mariano Rajoy.

A raíz de la polémica, la Guardia Civil recibió la consigna de no utilizar más pelotas de goma para rechazar estos asaltos de inmigrantes, tanto en Ceuta como en el otro enclave español de Melilla, ambos situados sobre la costa sur mediterránea al norte de Marruecos, a unos 400 km uno del otro.

Desde entonces, Melilla vivió una sucesión de entradas forzadas de inmigrantes subsaharianos que saltaron la triple valla fronteriza, de más de seis metros de altura y coronada en varios tramos por una alambrada cortante, que separa la ciudad española de Marruecos.

El 28 de febrero, unos 200 inmigrantes lograron entrar, el mayor grupo desde la gran ola de inmigración clandestina registrada en esta zona en 2005. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), acoge actualmente a unas 1.300 personas, superando en mucho sus 480 plazas.

Criticado por la Unión Europea por la actuación de sus fuerzas de seguridad, el ejecutivo de Rajoy se defendió afirmando recibir una ayuda insuficiente de sus socios europeos.

Fernández Díaz, durante un encuentro el lunes en Bruselas con la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, se declaró contrariado por estas críticas.

Y afirmó que España necesita una ayuda inmediata de 45 millones de euros para hacer frente a la situación de emergencia de sus dos enclaves, únicas fronteras terrestres entre África y la Unión Europea.



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