Enfrentamientos entre vecinos que reclaman más seguridad e inmigrantes
La Vanguardia, Barcelona, España
La policía desaloja a un grupo de vecinos del Ayuntamiento, para no suspender el pleno como ya sucedió la semana pasada. Los gritos de un grupo de vecinos han interrumpido el pleno de este jueves en la localidad gerundense de Salt. La policía ha tenido que desalojarlos para evitar que obligaran a suspender por segunda vez el pleno, que ya tuvo que ser supendido la semana pasada por la misma razón.
Este ha sido el segundo pleno con disturbios en el Ayuntamiento de Salt. El primero lo tuvieron que suspender después de que una concentración de unos 200 vecinos que reclamaban más seguridad impidiera que empezara. En el segundo intento, este mismo jueves, el pleno se ha podido celebrar sólo tras desalojarse a algunos vecinos que han empezado a increpar a gritos al equipo de gobierno. "Vete del pueblo", "es una vergüenza", "nos da miedo salir a la calle" o "no paran de robarnos", han sido algunas de las expresiones con las que han increpado al equipo de Gobierno municipal, especialmente a la alcaldesa, Iolanda Pineda.
"No pienso permitir que se vuelva a suspender el pleno, por favor, desalojen a la gente que provoca disturbios", ha pedido la alcaldesa. Pese a que de entrada este reducido grupo de cuatro vecinos se ha resistido, finalmente han acabado por abandonar la sala. Una vez fuera del edificio consistorial, este grupo ha explicado que han ido al pleno para reclamar más seguridad a la población y han criticado la falta de efectivos policiales en Salt y los robos continuos.
En la sala de plenos había unas ochenta personas pero en la plaza del ayuntamiento se han reunido un centenar de vecinos más que reclamaban medidas urgentes para asegurar la seguridad en el municipio. Aunque han querido volver a entrar al pleno, la policía no se lo ha permitido. La tensión ha ido en aumento y los vecinos han empezado a increpar a algunos vecinos de origen magrebí. "Qué piensas de los robos y las violaciones que hacen tus paisanos", ha preguntado uno de los hombres a un joven originario del Nador, Morad al Hassani. Al Hassani ha empezado a responder diciendo que él no ha robado a nadie, pero la policía ha optado por separarlos para evitar que el enfrentamiento fuera a más. Mientras tanto, algunos vecinos iban gritando "fuera, fuera".
"Si hay unos cuantos que roban, no pueden echar la culpa a cien", ha afirmado el jóven marroquí, que explica que últimamente estan creciendo las tensiones entre ambos colectivos y no descarta que haya nuevos enfrentamientos. "Nos sentimos ofendidos, si nos llaman moros, nos están insultando", ha expuesto al hombre erigiéndose como portavoz de la población inmigrante. Mientras tanto, en el otro lado de la plaza otro vecino de Salt, Antoni, ha afirmado que por las noches no puede dormir porque hay un bar de clientes mayoritariamente de origen inmigrado donde "siempre hay follón".
Aunque se han dirigido insultos mutuos, los enfrentamientos no han ido a más. Sin embargo, Al Hassani no descarta que cuando no esté la policía para separarlos las cosas se agraven. De momento, como respuesta a los "insultos y al racismo" la comunidad inmigrada de Salt está preparando una manifestación para la próxima semana.
"No hay más delitos que antes, nosotros somos un ciudadano más y pagamos impuestos e hipotecas como los demás", ha afirmado El Hassani que opina que hay partidos políticos -concretamente CiU y el PP- que están utilizando la inmigración para crear tensión entre vecinos y acceder a la alcaldía de Salt. "Nos sentimos utilizados", ha afirmado el joven.
CiU asegura que no tiene nada que ver
El portavoz del grupo municipal de Convergència i Unió, Jaume Torramadé, ha negado esta acusación y critica que "en vez de buscar soluciones, haya gente que busque culpables". "No creo que haya alguien que movilice a los ciudadanos para que vengan a boicotear un pleno por una cuestión partidista", ha afirmado Torramadé. El portavoz de CiU ha ofrecido su apoyo al equipo de gobierno para solucionar la situación.
La alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, después de los dos episodios de tensiones ha hecho un llamamiento a la serenidad. Pineda ha afirmado que todo el mundo se tiene que serenar, tanto asociaciones como vecinos, y dejar de hacer manfiestaciones para que las últimas medidas que han emprendido para mejorar la seguridad en el municipio puedan tener efecto. "Ya hemos tenido todos la oportunidad de manifestarnos y de hacer las reclamaciones, ahora toca serenidad, tranquilidad y que nos dejen trabajar", ha dicho la alcaldesa.