La normativa no se refiere explícitamente al islam ni tampoco al burka o niqab, las dos prendas que llevan las musulmanas que cubren totalmente el rostro. El primero oculta la cara por completo y el segundo deja los ojos al descubierto.
En Austria no es muy común ver esos velos en público, pero quienes se nieguen ahora a quitárselos a petición de la policía se enfrentarán a a multas de 150 euros (unos 176 dólares).
Sin embargo, la referencia a los refugiados y migrantes musulmanes queda en evidencia al señalar que su objetivo es el mantenimiento de los valores del país y "promover la integración".
Además forma parte de un denominado "paquete de políticas de integración" impulsadas por el conservador ministro de Exteriores e Integración Sebastian Kurz, con la vista puesta en las elecciones parlamentarias del 15 de octubre.
El Partido Popular de Kurz lleva meses liderando las encuestas y el joven político de 31 años podría convertirse en el próximo canciller del país. Su partido está centrado en frenar la inmigración y lo que considera una creciente islamización del país.
Francia fue en 2011 el primer país europeo en prohibir los velos integrales en público. Bélgica, Bulgaria y el cantón suizo del Tesino le siguieron, mientras Holanda prohibió el velo en edificios públicos.
En abril de este año el Parlamento alemán optó por una prohibición limitada que sólo se aplica a funcionarios públicos y soldados en servicio.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirmó en julio la legalidad de esas medidas y apoyó la opinión de que la gente necesita verse el rostro para establecer una relación normal y vivir en una sociedad democrática.