En los mercados, hace tiempo que nadie prevé una derrota del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), la formación salida del sector islamista dirigido por Erdogan, que postula para su tercer mandato.
"La cuestión para los mercados es el margen con el que el AKP va a ganar estas elecciones", afirmó Inan Demir, economista jefe en el Finansbank.
La apuesta de los inversionistas es de saber si el AKP - al que le pronostican más de 45% de los votos - superará el margen de los 367 diputados en un total de 550, crucial para votar reformas constitucionales sin tener que recurrir a un referendo. O si por el contrario, obtendrá menos de 330 diputados, obligándole a buscar alianzas para revisar los textos fundamentales.
Para los analistas, los logros económicos de Turquía - crecimiento de 8,9% en 2010, desempleo en baja a 11,5% en el primer trimestre de 2011 - garantizan el éxito del AKP.
"Si una parte importante de las clases medias sigue apoyando al AKP, no es porque represente a los valores conservadores musulmanes, es sobre todo porque encarna para ellas una continuidad" con los logros de los últimos años, estimó el economista Ahmet Insel, de la universidad de Galatasaray de Estambul.
"Desde la llegada del AKP al poder, el índice de crecimiento anual promedio incluso durante la crisis, es de 4,5% por año", destacó Insel. "Y el número de personas pobres (...) ha disminuido considerablemente desde hace unos diez años".
Así, el AKP puede comparar su balance con los de las décadas precedentes, al ritmo de crisis políticas y económicas que se repetían, para proclamarse campeón de la "estabilidad", una de las consignas de su campaña.
En 2023, cuando la república turca cumplirá cien años, Turquía, que actualmente es la 17ª economía mundial con un Producto Nacional Bruto (PNB) por habitante de 10.079 dólares por individuo, será uno de los "top ten" mundiales con 25.000 dólares por individuo, promete el programa del AKP.
En el peor momento de la crisis mundial, que a pesar de todo provocó en 2009 una contracción de la economía turca del 4,8% y un aumento del desempleo, el AKP perdió terreno en las elecciones municipales, cayendo del 47% en las elecciones legislativas a 39%.
Sin embargo, entusiasmado por esta victoria anunciada, el AKP se enajenó una parte de los medios de negocios, que le eran favorables en nombre de la estabilidad, adoptando medidas consideradas retrógradas, como un aumento de la censura de internet, lo que provocó airados intercambios entre organizaciones patronales y el gobierno.
"Anteriormente, uno de los principales atractivos del AKP era el de ser líder del cambio. Pero ahora, vemos que se hace cada vez más conservador, con sus leyes y sus reglamentos", declaró Ferda Kertmelioglu, vicepresidente de la asociación de jóvenes empresarios TÜGIAD.