Esos extranjeros enrolados con los kurdos sirios

AFP (Agencia France-Presse)

Qamishli, Siria. - Cautivados por la idea de derrotar a los yihadistas o empezar "una revolución", decenas de veinteañeros abandonaron sus países para combatir con los kurdos en el norte de Siria.

Estos jóvenes cuentan a la AFP por qué se enrolaron en las unidades de protección del pueblo kurdo (YPG), columna vertebral de las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza apoyada por Estados Unidos que progresa hacia Raqa, bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI). Al menos 25 extranjeros murieron luchando con las YPG, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
 

- Kimmy -

 
Kimmy Taylor, una británica de 27 años, viajó al norte de Siria en 2016 para escribir sobre los derechos de las mujeres. Iba a quedarse diez días y aún no se fue.
"Pensé : ¿Por qué estoy leyendo libros en Suecia (donde estudiaba ciencias políticas) cuando puedo vivir una revolución?'", dice, con la cabeza tapada por un pañuelo de cuadros negros y blancos.
Aprecia el sistema de la "administración autónoma" que las autoridades kurdas han instaurado en el norte de Siria.
Kimmy estudió kurdo con la rama femenina de las YPG, las YPJ. La enviaron a la línea del frente unos meses y luego integró el equipo de comunicación de las YPJ, para el que toma, edita y publica fotografías de los combates.
Asistir a la reconquista de Raqa "era un sueño", declara. "Esto quiza nunca pasó en la historia, que gente corriente cree un ejército y derrote a un grupo como Dáesh (EI). Es increíble", opina.
Echa de menos a su familia pero no piensa irse. "Sé que si regreso a Europa, me aburriría al cabo de una semana".
 

- Firas -

 
Firas Vancouver, de 23 años, trabajaba como agente penitenciario en una cárcel de Canadá, un "trabajo difícil", cuando escuchó hablar de las YPG. "Una de las cosas que me empujaron a tomar un avión y unirme a la revolución fue ser testigo de la lucha en internet y en televisión".
Envió un email a las YPG -cuenta- y le contestaron animándolo. Un mes después estaba en el avión, añade este hombre de pelo corto ondulado y con barba de tres días.
Espera que la presencia de extranjeros junto a los combatientes kurdos fuerce a los dirigentes occidentales a prestar atención y brindar "más apoyo a Rojava (el Kurdistán sirio) y a la lucha con las YPG y las YPJ".
"Nadie nos obligó a venir, fuimos voluntarios. Los kurdos lo saben y nos lo agradecen", explica.
 

- Roger -

 
A sus 20 años, Roger Benjamin (ahora llamado Jakdar Kawa) es uno de los combatientes extranjeros más jóvenes.
Enumera tres razones por las que se fue de Estados Unidos hace un mes: "Porque estoy cualificado para aportar ayuda médica, para combatir al EI porque son realmente mala gente y también para ver a qué se parece la democracia directa".
Habla rápidamente gesticulando para subrayar lo que dice. "Por el momento, ellos (los kurdos) hacen hincapié en la ideología y la lengua, quieren realmente que nos integremos en su cultura para aprender a conocer mejor al pueblo kurdo".
Roger dice que admira a los combatientes de las YPG muertos en combate porque "mueren luchando por sus creencias". 
 

- Maxime -

 
Maxime, un francés de 27 años, ya combatió en 2015 con las YPG en Tal Abyad, cerca de la frontera turca. En diciembre se separó de su pareja para volver por más tiempo.
"Aunque haya que quedarse uno, dos, tres o diez años, aquí estaré para apoyar esta revolución y ayudar a la población", promete.
Las YPG facilitaron su entrada en Siria, donde se enroló en una unidad de combatientes extranjeros. "No estamos aquí para imponer nuestras ideas cualesquiera que sean, pero vamos a liberar a quienes lo piden e intentar establecer un sistema más humano".


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