España, un campeón merecido y atípico

AFP, Agence France-Presse

JOHANNESBURGO, Pablo San Román, (AFP) - España, un país con gran tradición futbolística, tardó 80 años en poner una estrella a su camiseta como campeón del mundo, pero lo hizo de una forma merecida, mostrando en Sudáfrica-2010 el mejor fútbol, pese a marcar sólo ocho goles en siete partidos.

España, un campeón merecido y atípico
Todos los grandes habían logrado alguna vez ganar el Mundial, pero a España se le resistía, y la Roja mostraba como mejor palmarés un ridículo cuarto puesto en Brasil-1950.
Brasil, Italia y Alemania habían ganado nada menos que cinco, cuatro y tres títulos respectivamente, mientras que Argentina y Uruguay se habían hecho con el Mundial en dos ocasiones, e incluso Inglaterra y Francia se habían impuesto una vez, aunque fuera como locales.
Pero España se quedaba siempre sin tocar el cielo, en algunas ocasiones por causas ajenas a su quehacer, como en 1934 y 2002, cuando las decisiones arbitrales la dejaron fuera.
Pero en el primer Mundial africano llegó la posibilidad de hacer historia a una generación dorada, que nació en 1999 cuando algunos de sus miembros, como Xavi Hernández, Carlos Marchena e Iker Casillas, ganaron el Mundial Sub-20 en Nigeria.
Esa fue la primera piedra de un equipo que ha sorprendido al mundo. A ellos tres se fueron sumando elementos como Carles Puyol, Joan Capdevila, Sergio Ramos, Andrés Iniesta, Xabi Alonso, David Villa o Fernando Torres.
Tras los fracasos del Mundial de Corea/Japón-2002 y la Eurocopa de Portugal-2004, llegó al cargo de seleccionador Luis Aragonés, que apostó por el buen fútbol y el juego de toque.
Tras caer en Alemania-2006 en octavos de final ante Francia, Aragonés, tozudo, decidió seguir apostando por el buen fútbol, y en la Eurocopa-2008 se hizo con el título.
A Luis Aragonés le sustituyó Vicente del Bosque, que decidió no mover nada. Mantuvo el esquema y la base del equipo y sólo cambió algunos nombres, metiendo a gente como Sergio Busquets y Gerard Piqué, debido al gran momento de forma de los jugadores del Barcelona.
"Este título de campeón del mundo tomó impulso en junio de 2008. Es fruto de mucho trabajo anterior. Nosotros recibimos una herencia buena y hemos tenido la oportunidad de conservarla, sin querer borrar huellas del pasado, aunque hayamos metido a algunos jugadores nuevos", explicó Del Bosque tras ganar el Mundial.
La única modificación táctica realizada por Del Bosque fue tener un poco más de precaución y jugar con dos volantes de contención, Busquets y Xabi Alonso, en lugar de uno, que en la Eurocopa-2008 fue el hispano-brasileño Marcos Senna, que se perdió el Mundial por lesiones repetidas que afectaron a su forma.
Y este equipo hizo justicia al fútbol español, a pesar de sólo marcar ocho goles en siete partidos, siendo el campeón de la historia que menos tantos anotó, unas cifras que no concuerdan con su carácter ofensivo.
Pero el delantero Fernando Torres no tuvo un buen campeonato, tras haber salido de una operación de rodilla, y se marchó sin marcar ningún gol, después de ser el héroe de la Eurocopa, tras lograr el gol de la final contra Alemania en Viena en 2008.
David Villa, que marcó cinco goles, Andrés Iniesta, con dos, incluido el de la final en la prolongación contra Holanda, y Carles Puyol, que anotó el que dio la victoria en semifinales contra Alemania, fueron los autores de los goles.
Tras perder el primer partido contra Suiza (1-0), España se recuperó y fue ganando sucesivamente a Honduras (2-0), Chile (2-1) en la primera ronda y después sucesivamente a Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda, todos por 1-0.
No marcó muchos goles, pero ofreció una defensa segura con Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Piqué y Capdevila, que sólo recibieron dos tantos en el campeonato, unas cifras a la italiana, ya que los Azzurri fueron campeones cuatro años antes con dos dianas encajadas.
España fue un campeón atípico y merecido al que la historia hizo justicia.


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