Europa, el aliado que ve cómo EEUU dejó de prestarle tanta atención
AFP, Agence France-Presse
La decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de no asistir a una cumbre con la UE prevista en mayo en Madrid arrojó un jarro de agua fría sobre los europeos, que se sienten cada vez más arrinconados en un tablero internacional en el que emergieron nuevas potencias.
La Casa Blanca informó el lunes de que el mandatario no asistiría al encuentro que la presidencia española de la Unión Europea (UE) había programado para el 24 y 25 de mayo en Madrid.
En realidad, "nunca tuvo en su agenda" ese viaje, explicó el responsable para Europa en el departamento de Estado, Phillip Gordon, añadiendo que Obama sigue "muy interesado en ampliar (las) relaciones con la UE".
La ausencia de Obama podría incuso provocar la anulación de la cumbre, dijo a la AFP en Madrid una fuente próxima al gobierno español.
"No está claro todavía. Esto depende del diálogo con Bruselas, pero estas cumbres son a nivel de jefes de Estado y de gobierno. Tal como está ahora la situación, es muy poco probable que se celebre", señaló la fuente.
Obama "empezó con muy mal pie sus relaciones con los europeos", en la cumbre informal de Praga que coincidió con una crisis institucional en el seno de la UE durante una presidencia rotativa, la checa, con problemas internos y euroescéptica, explica a la AFP Hugo Brady, experto del Centro para la Reforma Europea.
El presidente dejó el encuentro "preguntándose quién era toda esa gente", agrega Torreblanca, en referencia a la multiplicación de puestos a la cabeza de las instituciones europeas.
Brady ilustra la decisión de Estados Unidos: "Pueden imaginarse a Obama diciéndose: 'Puedo ir a Europa para otra bonita parafernalia sobre nada de lo que realmente entiendo (...), pero si no me ayudan en mis objetivos con los afganos o a lidiar la recesión económica en casa... +"
Para Alvaro de Vasconcelos, analista del Instituto de la UE para Estudios sobre Seguridad, las cumbres oficiales transatlánticas, que se celebran anualmente, "aportan muy pocas cosas concretas", porque no están pensadas para la "toma decisiones sino como un ejercicio diplomático".
Europa trata de quitar hierro al plantón. Consultadas por la AFP, fuentes comunitarias destacaron que Obama ya estuvo varias veces en el continente en 2009 y que la decisión de no asistir a la cita se debía a un tema de "agenda" y a sus nuevas "prioridades" domésticas, como la reforma del sistema sanitario o la recuperación económica.
Según Torreblanca, la UE sigue empecinada en no ver lo que ya es evidente: el bloque "está en un estado de negación", pero "el mundo de Obama no es Europa, nunca lo ha sido" y pensar que la "relación transatlántica es el núcleo del mundo está superado por la propia realidad".
Mientras Obama se ha fijado como objetivo forjar una relación más estrecha con China a pesar de las recientes tensiones, la presidencia española de la UE ha priorizado durante su mandato de seis meses dar un nuevo impulso a los lazos con Washington.
La cumbre de Madrid, que probablemente será "aplazada hasta después" del semestre español, según las mismas fuentes comunitarias, hubiera supuesto un tanto diplomático para el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que esperaba recibir por primera vez a Obama en su país.
Zapatero "debería haberse asegurado personalmente" de la asistencia de Obama, pero no es cuestión ahora de acusar a España, criticando que "no cuenta para nada", defiende Torreblanca.
Obama "tampoco se ha portado muy bien" con la canciller alemana, Angela Merkel", a quien recibió brevemente en la Casa Blanca y dio plantón en el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, agrega.
Según Brady, los embrollos institucionales de la UE -un presidente de turno, un presidente estable, un presidente de la Comisión Europea, una jefa de la diplomacia- "no tendrían demasiada importancia si los europeos fueran, a ojos de Estados Unidos, un socio robusto capaz de asumir una carga justa" para garantizar "la seguridad global y mantener el mundo en una economía abierta".
"Para los chinos y hasta cierto punto los estadounidenses, todo se reduce a ser una potencia militar ¿Pueden los europeos desempeñar un papel convincente en la seguridad global? La respuesta es no", acota Brady.