AFP (Agencia France-Presse)
Londres, Reino Unido. - A menos de un mes para las elecciones locales, el Partido Laborista británico era objeto de críticas este jueves por no expulsar al exalcalde de Londres, Ken Livingstone, que insiste en que Hitler apoyó al sionismo.
Las críticas llegaron incluso de miembros del propio partido, el primero de la oposición.
El número dos laborista, Tom Watson, estimó "incomprensible" la decisión del Comité ejecutivo nacional de no expulsar a Livingstone por unas declaraciones "que avergüenzan a todos".
Más de 100 de los 229 diputados laboristas firmaron un manifiesto señalando que la decisión traiciona los valores del partido y puntualizando que no se hizo "en nuestro nombre".
La primera ministra conservadora Theresa May terció en la polémica del partido rival, asegurando que el laborismo "pone de manifiesto el fondo que ha tocado, traicionando a la comunidad judía de nuestro país, al permitir que Livingstone salga indemne".
La polémica podría perjudicar más a unos laboristas que no han cesado de caer en los sondeos desde que los lidera Jeremy Corbyn, y cuyas perspectivas para las elecciones locales del 4 de mayo son malas.
Livingstone, de 71 años, fue suspendido de militancia -que no expulsado- en abril, por afirmar en un programa de radio que la política de Adolf Hitler, al llegar al poder en los años 1930, "era que los judíos se mudasen a Israel. Apoyó al sionismo antes de enloquecer y matar a seis millones de judíos".
El martes, el partido decidió prolongar dos años más la suspensión, que conlleva no poder presentarse como candidato en elecciones, algo que tampoco pretendía.
Livingstone, alcalde de Londres entre 2000 y 2008, insiste en que dijo la verdad: "uno no puede disculparse por decir la verdad".
Además, estimó que no lo expulsaban porque contestaría la medida en los tribunales.