"Toda mi vida luché por la democracia", aseguró Laurent Gbagbo durante una audiencia pública en La Haya, sede de la CPI, mientras dirigía miradas hacia sus partidarios instalados en la galería del público, separada de la sala de audiencia por un cristal que aislaba el sonido.
Gbagbo, de 67 años de edad, es el primer ex jefe de Estado entregado a la CPI. Se sospecha que fue "coautor indirecto" de cuatro cargos de crímenes contra la humanidad, a saber asesinatos, violaciones, persecuciones y otros actos inhumanos, cometidos tras la elección presidencial de noviembre de 2010.
Laurent Gbagbo se negó a reconocer la victoria certificada por la ONU de su rival, Alassane Ouattara, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el 28 de noviembre de 2010.
Su rechazo a abandonar el puesto después de diez años en el poder sumió a Costa de Marfil en una violenta crisis de cuatro meses en la que murieron cerca de 3.000 personas.
"No gobierno con mi familia", añadió el expresidente para responder a los que le acusan de nepotismo. "Era presidente, jefe de Estado y mi mujer era diputada", dijo haciendo referencia a su esposa Simone que también es objeto de una orden de arresto por parte de la CPI, pero todavía se encuentra detenida en Costa de Marfil.
Esta audiencia de confirmación de cargos permitirá a los jueces examinar si las pruebas que la acusación reunió son suficientemente sólidas para permitir, más adelante, la celebración de un juicio.
El primer día de la audiencia, el 19 de febrero, la acusación declaró que Laurent Gbagbo era responsable "de la muerte, violaciones, heridas graves y detención arbitraria de numerosos ciudadanos, respetuosos con las leyes, percibidos como seguidores de Ouattara".