FARC y gobierno de Colombia incorporan primeros ajustes para salvar pacto de paz
AFP (Agencia France-Presse)
La Habana, Cuba. - Los rebeldes de las FARC y el gobierno de Colombia incorporaron varios ajustes al pacto de paz que fue rechazado en un plebiscito, y seguirán considerando modificaciones para obtener rápidamente un nuevo acuerdo, según informaron en La Habana este viernes.
"Las propuestas están siendo discutidas con todo cuidado. Muchas de ellas vienen siendo incorporadas a los textos de un nuevo acuerdo", señalaron las partes en un comunicado conjunto, sin adelantar el contenido de las reformas.
La guerrilla marxista y el gobierno de Juan Manuel Santos iniciaron el sábado pasado en La Habana la discusión de cientos de iniciativas para salvar el acuerdo suscrito el 26 de septiembre, y contra el que sorpresivamente votaron los colombianos el 2 de octubre.
El rechazo en las urnas por mínimo margen impidió la implementación del pacto con el que se pretendía terminar con un conflicto armado de 52 años que deja millones de víctimas entre muertos, desplazados y desaparecidos.
Aun así, las partes anunciaron que buscarán un nuevo pacto en medio del alto al fuego vigente desde finales de agosto, aunque todavía es incierto si tras ello habrá una nueva refrendación vía consulta.
Por lo pronto, las delegaciones de paz, que por casi cuatro años diseñaron el pacto de La Habana, anunciaron que continuarán haciendo ajustes a lo negociado.
"Seguiremos adelantando esta labor desde el próximo jueves 3 de noviembre con el objetivo de contar, de manera rápida y eficaz, con un nuevo acuerdo definitivo", dijeron en el comunicado.
Desde Bogotá, el presidente Santos anunció el regreso de sus negociadores para continuar el sábado el diálogo con la oposición.
"He dado instrucciones para que todos se pongan en modo cónclave para trabajar de manera ininterrumpida y alcanzar un nuevo acuerdo lo más pronto posible", dijo el jefe de Estado, quien se mostró optimista sobre la posibilidad de "lograr en días" un nuevo pacto con las FARC.
"El tiempo apremia porque el cese al fuego que pactamos es frágil", advirtió.
El acuerdo que perdió en las urnas prevé en esencia que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) depongan los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.
Ese pacto ya suscrito contiene fórmulas para mejorar la situación en el campo -escenario histórico del conflicto- combatir el narcotráfico, reconocer y reparar a las víctimas, así como garantías para la participación política de los futuros excombatientes.
Sin embargo, sectores liderados por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) se opusieron al negociado, alegando que los rebeldes podrían aspirar a cargos públicos sin pagar un mínimo de cárcel por sus crímenes.
El pacto de La Habana establece que los responsables de delitos atroces, tanto guerrilleros como militares y civiles, que confiesen sus actos y ayuden a reparar a las víctimas podrán evitar la cárcel, y cumplir penas alternativas de reclusión.
La guerrilla marxista y el gobierno de Juan Manuel Santos iniciaron el sábado pasado en La Habana la discusión de cientos de iniciativas para salvar el acuerdo suscrito el 26 de septiembre, y contra el que sorpresivamente votaron los colombianos el 2 de octubre.
El rechazo en las urnas por mínimo margen impidió la implementación del pacto con el que se pretendía terminar con un conflicto armado de 52 años que deja millones de víctimas entre muertos, desplazados y desaparecidos.
Aun así, las partes anunciaron que buscarán un nuevo pacto en medio del alto al fuego vigente desde finales de agosto, aunque todavía es incierto si tras ello habrá una nueva refrendación vía consulta.
Por lo pronto, las delegaciones de paz, que por casi cuatro años diseñaron el pacto de La Habana, anunciaron que continuarán haciendo ajustes a lo negociado.
"Seguiremos adelantando esta labor desde el próximo jueves 3 de noviembre con el objetivo de contar, de manera rápida y eficaz, con un nuevo acuerdo definitivo", dijeron en el comunicado.
Desde Bogotá, el presidente Santos anunció el regreso de sus negociadores para continuar el sábado el diálogo con la oposición.
"He dado instrucciones para que todos se pongan en modo cónclave para trabajar de manera ininterrumpida y alcanzar un nuevo acuerdo lo más pronto posible", dijo el jefe de Estado, quien se mostró optimista sobre la posibilidad de "lograr en días" un nuevo pacto con las FARC.
"El tiempo apremia porque el cese al fuego que pactamos es frágil", advirtió.
El acuerdo que perdió en las urnas prevé en esencia que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) depongan los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.
Ese pacto ya suscrito contiene fórmulas para mejorar la situación en el campo -escenario histórico del conflicto- combatir el narcotráfico, reconocer y reparar a las víctimas, así como garantías para la participación política de los futuros excombatientes.
Sin embargo, sectores liderados por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) se opusieron al negociado, alegando que los rebeldes podrían aspirar a cargos públicos sin pagar un mínimo de cárcel por sus crímenes.
El pacto de La Habana establece que los responsables de delitos atroces, tanto guerrilleros como militares y civiles, que confiesen sus actos y ayuden a reparar a las víctimas podrán evitar la cárcel, y cumplir penas alternativas de reclusión.