Falta de liquidez del Gobierno mantiene en vilo a Costa Rica
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
San José. - Costa Rica, una de las democracias más estables de América Latina, se encuentra en vilo: su Gobierno enfrenta dificultades de liquidez para pagar sus obligaciones y garantizar servicios esenciales.
Así de tajante fue el presidente Luis Guillermo Solís en la noche del martes al advertir, en una emisión de televisión emitida casi con carácter de urgencia, sobre los apuros financieros que ahogan al pequeño país de apenas 51.100 kilómetros cuadrados y 4,8 millones de habitantes.
"Tengo la obligación de informarles una vez más, pero en esta ocasión de manera perentoria, la realidad que atraviesa nuestra economía, las acciones que estamos tomando para superar esta circunstancia, si nos mantenemos unidos y actuamos con responsabilidad", explicó el mandatario.
Y es que el país viene siendo afectado desde hace varios años por un elevado déficit fiscal, que ha llegado a ser uno de los más altos de Latinoamérica, y que para 2017 y 2018 se espera que supere el 6 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo a las proyeccciones oficiales.
Dejando en claro que se trata de una verdadera emergencia, Solís anunció un paquete de seis puntos para enfrentar los problemas de liquidez y ordenó priorizar el pago de la deuda pública, los salarios y pensiones del Gobierno Central, las transferencias "conforme su urgencia social". "Después el resto de las obligaciones", señaló.
Al mismo tiempo, convocó a discutir en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley dirigido a convertir el impuesto sobre las ventas en un impuesto al valor agregado, y que impulsa asimismo una transformación sobre el impuesto a la renta. También dijo que ordenó que el presupuesto 2018 tenga crecimiento cero en los rubros que la ley no obligue a aumentar.
El Gobierno de Solís insiste en que desde que asumió, el 8 de mayo del 2014, ha hecho "grandes esfuerzos" por reducir el gasto, pero sus opositores no le creen e insisten en que sólo aprobarán un paquete fiscal por el que el mandatario ha venido luchando en los últimos dos años si éste "da muestras" fehacientes de una voluntad de ahorro.
La alerta lanzada por el mandatario la víspera coincide con una nueva ofensiva para tratar de impulsar nuevas medidas fiscales, previo a la campaña electoral para los comicios presidenciales de febrero de 2018.
Se produce además en momentos en que Costa Rica trata de acelerar medidas para adherirse a la Organzación para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en un reciente estudio insiste en que deben producirse en el país modificaciones en materia tributaria y presupuestaria.
El Banco Mundial ha alabado los niveles de crecimiento sostenido logrados por Costa Rica en los últimos 20 años, llegando a convertirse en líder a nivel latinoamericano de políticas ambientales, combate a la pobreza, y desarollo humano.
Sin embargo, el organismo multilateral también advierte como grandes desafíos del país su "declinante situación fiscal" y una desigualdad "resistente".
Este contexto es el que espera a Solís en sus últimos meses de Gobierno, que expira el 8 de mayo del 2018, pese a logros como el freno a la inflación en los últimos dos años y una reducción del desempleo desde un 10 por ciento en 2013 a casi un 9 por ciento en la actualidad.
Costa Rica, con un nivel de alfabetismo que supera el 90 por ciento, ha reducido la pobreza desde un 22,3 por ciento en 2014 a un 20,5 por ciento en 2016.
El crecimiento de la economía, en tanto, subió de 3,7 a 4,3 por ciento entre 2015 y 2016, y se proyecta un 3,9 para este año y un 3,7 para 2018..
Pese a las advertencias del mandatario sobre la emergencia que enfrenta el país, sus adversarios no detuvieron sus críticas. "Solís actuó a destiempo", dijo el diputado y candidato presidencial del conservador Movimiento Libertario, Otto Guevara.
"Le agarró tarde al presidente, debió haber empezado con esa actitud desde que tomó las riendas, pero más bien atizó la hoguera del desequilibrio entre ingresos y gastos, aumentando en un 19 por ciento el presupuesto del 2015 y el segundo presupuesto que envió (en el 2016) hizo lo mismo", dijo el legislador en declaraciones al diario "La Nación".
Los reproches vinieron también del Partido Liberación Nacional, principal fuerza opositora, e incluso del mismo fundador del partido en el Gobierno, el diputado y siempre crítico Ottón Solís. Las próximas semanas serán clave para ver si el mandatario logra o no sus propósitos.
"Tengo la obligación de informarles una vez más, pero en esta ocasión de manera perentoria, la realidad que atraviesa nuestra economía, las acciones que estamos tomando para superar esta circunstancia, si nos mantenemos unidos y actuamos con responsabilidad", explicó el mandatario.
Y es que el país viene siendo afectado desde hace varios años por un elevado déficit fiscal, que ha llegado a ser uno de los más altos de Latinoamérica, y que para 2017 y 2018 se espera que supere el 6 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo a las proyeccciones oficiales.
Dejando en claro que se trata de una verdadera emergencia, Solís anunció un paquete de seis puntos para enfrentar los problemas de liquidez y ordenó priorizar el pago de la deuda pública, los salarios y pensiones del Gobierno Central, las transferencias "conforme su urgencia social". "Después el resto de las obligaciones", señaló.
Al mismo tiempo, convocó a discutir en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley dirigido a convertir el impuesto sobre las ventas en un impuesto al valor agregado, y que impulsa asimismo una transformación sobre el impuesto a la renta. También dijo que ordenó que el presupuesto 2018 tenga crecimiento cero en los rubros que la ley no obligue a aumentar.
El Gobierno de Solís insiste en que desde que asumió, el 8 de mayo del 2014, ha hecho "grandes esfuerzos" por reducir el gasto, pero sus opositores no le creen e insisten en que sólo aprobarán un paquete fiscal por el que el mandatario ha venido luchando en los últimos dos años si éste "da muestras" fehacientes de una voluntad de ahorro.
La alerta lanzada por el mandatario la víspera coincide con una nueva ofensiva para tratar de impulsar nuevas medidas fiscales, previo a la campaña electoral para los comicios presidenciales de febrero de 2018.
Se produce además en momentos en que Costa Rica trata de acelerar medidas para adherirse a la Organzación para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en un reciente estudio insiste en que deben producirse en el país modificaciones en materia tributaria y presupuestaria.
El Banco Mundial ha alabado los niveles de crecimiento sostenido logrados por Costa Rica en los últimos 20 años, llegando a convertirse en líder a nivel latinoamericano de políticas ambientales, combate a la pobreza, y desarollo humano.
Sin embargo, el organismo multilateral también advierte como grandes desafíos del país su "declinante situación fiscal" y una desigualdad "resistente".
Este contexto es el que espera a Solís en sus últimos meses de Gobierno, que expira el 8 de mayo del 2018, pese a logros como el freno a la inflación en los últimos dos años y una reducción del desempleo desde un 10 por ciento en 2013 a casi un 9 por ciento en la actualidad.
Costa Rica, con un nivel de alfabetismo que supera el 90 por ciento, ha reducido la pobreza desde un 22,3 por ciento en 2014 a un 20,5 por ciento en 2016.
El crecimiento de la economía, en tanto, subió de 3,7 a 4,3 por ciento entre 2015 y 2016, y se proyecta un 3,9 para este año y un 3,7 para 2018..
Pese a las advertencias del mandatario sobre la emergencia que enfrenta el país, sus adversarios no detuvieron sus críticas. "Solís actuó a destiempo", dijo el diputado y candidato presidencial del conservador Movimiento Libertario, Otto Guevara.
"Le agarró tarde al presidente, debió haber empezado con esa actitud desde que tomó las riendas, pero más bien atizó la hoguera del desequilibrio entre ingresos y gastos, aumentando en un 19 por ciento el presupuesto del 2015 y el segundo presupuesto que envió (en el 2016) hizo lo mismo", dijo el legislador en declaraciones al diario "La Nación".
Los reproches vinieron también del Partido Liberación Nacional, principal fuerza opositora, e incluso del mismo fundador del partido en el Gobierno, el diputado y siempre crítico Ottón Solís. Las próximas semanas serán clave para ver si el mandatario logra o no sus propósitos.