Flamenco cum laude en la Universidad de Sevilla

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Sevilla. - Doctor en flamenco. A este título, que no sirve para recetar una seguiriya de Manuel Torre o una malagueña del Mellizo, aspiran más de 130 alumnos de posgrado de la Universidad de Sevilla. El flamenco está inmerso con mucho compás en el tercer ciclo de la institución académica hispalense al ritmo del doctorado "El flamenco: un acercamiento multidisciplinar a su estudio", cuya denominación constata que no es un cursillo o conferencia liviana y superflua sobre la jonda materia.

Flamenco cum laude en la Universidad de Sevilla
Esta genial iniciativa surgió gracias al esfuerzo ímprobo de docentes universitarios y totalmente por amor al arte, en este caso al jondo. "El flamenco tenía que adquirir rango académico y entrar en la formación e investigación universitaria", asevera la profesora Eulalia Pablo, coordinadora actual del programa y auténtica alma máter junto con José Luis Navarro y Cristina Cruces, la primera directora del doctorado.

Desde que comenzara en 2004, los estudiantes de este programa interdepartamental, único en todo el mundo, han aportado a la investigación flamenca una seria y vasta gama de trabajos. Estudios tan diversos como "La saeta en Extremadura" de la investigadora y cantaora Raquel Cantero, "Flamenco y Radio en Sevilla desde 1924 a 2010" del periodista Ildefonso Vergara, "El pie de la bailaora de flamenco" de José Manuel Castillo o una magnífica biografía y análisis estilístico y musical de José Cepero realizada por el investigador y crítico Antonio Conde.

Dentro de este programa hay ya cuatro alumnos que han conseguido el título de doctor, además otros cincuenta han presentado sus tesinas y ya pueden ronear de su Diploma de Estudios Avanzados. Kyoko Shikaze consiguió este título, pasaporte previo a la tesis, con su proyecto "El flamenco en Japón". A la manida pero obligada pregunta de qué tiene el arte jondo que tanto atrae a sus paisanos, responde con gracia: "Nos gusta mucho porque tenemos muy buen gusto, pero también nos apasiona el jazz, la salsa o el tango argentino". La corresponsal de la revista japonesa especializada "Paseo Flamenco", que ha acompañado como traductora a Paco de Lucía, Sara Baras, Joaquín Cortés o Vicente Amigo, decidió matricularse para "ordenar mi conocimiento y mirar el flamenco de otra manera".

Como asevera Kyoko este doctorado, ahora reconvertido en máster, ofrece al alumno una perspectiva más amplia sobre el flamenco. El estudiante de este programa debe cursar durante el primer año 30 créditos siempre con el flamenco como eje vertebrador entre asignaturas variopintas como "Historia del baile", "Los medios como agentes de socialización del flamenco", "Los estilos flamencos y su didáctica" impartida por la profesora Pablo, "Género y Flamenco. La sexuación del arte" de la antropóloga Assumpta Sabuco o "La complejidad musical del flamenco: estructuras armónicas y rítmicas" a cargo del guitarrista y doctor en Filología Hispánica, Francisco Escobar. El profesor sevillano, uno de los más implicados en las coordinaciones de los proyectos, corrobora la importancia de este programa que "ofrece unas estrategias formativas e interdisciplinares que facultan al doctorando en el proceso de forja paulatina de una tesis rigurosa, artículos publicables en revistas de impacto y sometidas a un sistema de revisión de pares (réferit)". Escobar añade que "de esta manera el futuro especialista podrá contribuir al desarrollo científico de nuestro campo, dando, al tiempo, un paso adelante en el avance de los estudios sobre su objeto de análisis".

Pero este doctorado no está sólo concebido para fomentar la investigación en materia flamenca, sino para "ponerlo a la altura de otras artes o disciplinas y una desvinculación significativa a antiguos tópicos", como reconoce la cantaora Rocío Márquez, otra alumna del programa. Esta joven onubense, ganadora de la Lámpara Minera en 2008, considera que es muy importante que el flamenco esté en la universidad porque es una "responsabilidad de todos los que amamos nuestra cultura hacer que el flamenco, un modo de expresión artística de nuestro pueblo, esté al alcance de todo el que quiera conocerlo y acercarse a él". Al igual que Márquez, el bailaor malagueño Manolo Albarracín ha decidido inscribirse este curso en el programa ya que considera que el flamenco es parte de la historia de Andalucía. "Hemos crecido hablando de él, cantándolo y bailándolo, disfrutándolo y presumiendo de él cuando viajábamos a otros países, por eso es necesario que se estudie para que apreciemos aún más su riqueza y le demos la importancia que realmente tiene ya que es una de nuestras insignias", asevera este nuevo alumno.

Los estudiantes de este doctorado no son todos andaluces o españoles, sino que proceden de diversas partes del mundo como Italia, Dinamarca, Holanda, Brasil, Corea o Estados Unidos constituyendo un auténtico crisol cultural en las aulas sevillanas con una pasión común: el flamenco.

A pesar de la buena marcha y del éxito cosechado durante los siete cursos del programa, no está asegurada su continuidad en los próximos años debido a boloñeses planes. La directora del doctorado comenta que "tenemos la satisfacción de lo conseguido, la respuesta de nuestros alumnos y, por otra, la carrera de obstáculos que hemos tenido que realizar y que, con los cambios de los nuevos planes de estudios, va a dar al traste con el actual programa de doctorado, que seguramente desaparecerá cuando empezaba a dar sus frutos". Sería una pena negra como la de una seguiriya que se parase el compás en las aulas universitarias sevillanas.


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