Por Joanisabel González / joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com En los primeros cinco minutos de su gobernación, Luis Guillermo Fortuño Burset le aseguró a los puertorriqueños que tendrán que tomar la medicina “más amarga” si quieren superar la peor crisis económica que Puerto Rico haya experimentado desde la Gran Depresión.
Apenas juró sobre la Biblia de su abuela como el noveno gobernador electo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico -a eso de las 4:46 de la tarde-, le advirtió al País que la crisis fiscal y económica “no se resuelve en unos días o semanas”.
Y afirmó que se necesitarán muchos “héroes” para salir de la crisis que mantiene al País sumido en un déficit estimado de $3,200 millones, en medio de la recesión económica mundial más aguda de los últimos 50 años.
“Nos dirán que la medicina que tenemos que tomar para devolverle la salud a nuestras finanzas y a nuestra economía es muy amarga y que no se la quieren tomar. Sin duda, será amarga. Pero quién de ustedes dejaría enfermo a un hijo, sencillamente porque se rehúsa a tomar la medicina que le devolverá la salud”, dijo el ahora Primer Ejecutivo en su mensaje inaugural que duró apenas 20 minutos.
“Tomará tiempo. Una crisis fiscal y económica que lleva deteriorándose por tantos años no se resuelve en unos días o unas semanas. Pero la vamos a resolver... con la voluntad de todos y por el bien de todos, vamos a salir adelante”, sentenció en un discurso sobrio, carente de metáforas o citas rebuscadas.
El presagio de que se avecinan decisiones difíciles que impactarán a los ciudadanos en todos los niveles no empañó el tradicional acto protocolar. Allí se dieron cita familiares y amigos de la familia Fortuño Vela y una multitud, que con sombrilla y banderas estadounidenses en mano, daba vítores cada vez que escuchaba el nombre del cuarto gobernador estadista que ha tenido la Isla.
La advertencia velada de Fortuño tampoco incidió sobre el ánimo de la flamante Primera Dama ni sobre los hijos de la pareja, Luis Roberto, Guillermo Luis y María Luisa, quienes no pararon de sonreír durante la ceremonia de unas dos horas de duración.
La estrechez económica, sin embargo, podía percibirse en todas las esquinas de la plazoleta norte de la Casa de las Leyes. Para el evento, se arreglaron los jardines del Capitolio y las fuentes que rodean los anexos del Senado y la Cámara de Representantes, pero no había arreglos florales que adornaran la tarima o cancelaciones pictóricas para los coleccionistas. Ni siquiera se atisbaron entre los asistentes, los programas oficiales que la gente atesora como memoria histórica. Tampoco rasgaron el cielo, los aviones de la Armada.
Sólo una avioneta sobrevolaba el área con un letrero que leía: “Fortuño le tenemos fe, Dios le dará sabiduría”.
La novedad durante los actos fue la entrada de la Primera Familia del País al son de las trompetas de los Herald Trumpets, la banda de la Armada estadounidense que también honrará al cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su juramentación el 20 de enero.
Fortuño fue presentado por el nuevo secretario de Estado, Kenneth McClintock, como “el portaestandarte del nuevo mañana”.
Corta la lista de dignatarios
A diferencia de otras juramentaciones, y quizás como evidencia de que el mundo también se encuentra en crisis, al evento sólo acudieron el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández y su homólogo en la isla de Dominica, Nicholas Liverpool. También, los congresistas Luis Gutiérrez y Jerry Weller, de Illinois; John Mica, de Florida y Charlie Dent, de Pennsylvania.
Presentes estuvieron también el saliente gobernador Aníbal Acevedo Vilá y la otrora gobernadora Sila M. Calderón, quienes fueron abucheados por la multitud. Otro trato recibió el también ex gobernador estadolibrista, Rafael Hernández Colón, quien compartió aplausos con su antiguo archirrival político Carlos Romero Barceló. Ni siquiera los jueces del Tribunal Supremo se escaparon de la molesta expresión pueblerina, pese a que su presidente Federico Hernández Denton hizo referencia a la relación de amistad entre su familia y los Fortuño Vela.
La actriz y cantante de origen puertorriqueño Jennifer López y su esposo el también cantante Marc Anthony fueron invitados especiales.
Llamado a la unidad
Antes de confundirse con la multitud en su recorrido hacia La Fortaleza, Fortuño señaló que en las próximas semanas, presentará un plan para enderezar las finanzas públicas y reactivar la economía.
Adelantó que dicho plan tiene como punto de partida un gobierno “más pequeño y ágil”, que deje de cubrir “sus déficits recurrentes cogiendo prestado” y en que “un dólar en el bolsillo del contribuyente rinde mucho más que un dólar en las manos del gobierno”.
Y reiteró que impulsar la agenda que le dio la victoria por un margen de 225,000 votos en las urnas -el triunfo más contundente de un gobernador desde los tiempos de Luis Muñoz Marín-, requerirá que todos los sectores actúen en pro del bienestar colectivo.
“Somos un solo pueblo y como pueblo unido, tendremos que sacrificarnos juntos, para juntos levantarnos”, puntualizó Fortuño. “Puerto Rico tiene héroes en abundancia”, acotó.