Fracasa formación de Gobierno en Italia y Liga pide nuevas elecciones

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Roma. - Tres meses después de las elecciones en Italia, sorpresivamente fracasó la coalición gubernamental que iban a formar el Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista y xenófoba Liga, que generaba inquietud entre los partidarios de la austeridad.

El candidato para desempeñarse como primer ministro, Giuseppe Conte, abogado y profesor sin experiencia en la administración pública, le devolvió hoy el encargo para formar Gobierno al presidente Sergio Mattarella, apenas cuatro días después de haberlo recibido.
De esta manera, parece difícil que la tercera mayor economía de la eurozona pueda evitar la celebración de nuevas elecciones. Mattarella anunció que decidirá en breve sobre una convocatoria a nuevos comicios.
El motivo para el fracaso de esta alianza populista se debió sobre todo a la disputa con Mattarella sobre el nombramiento de Paolo Savona, un candidato crítico con Alemania y con las políticas de austeridad al frente del Ministerio de Economía y Finanzas. Los medios de comunicación informaron que el jefe de Estado vetó a Savona.
En Italia el presidente debe aprobar formalmente el Gabinete antes de que este se presente al Parlamento para su confirmación y pueda asumir las tareas gubernamentales.
Previamente los gastos adicionales previstos por los partidos populistas y su retórica antiausteridad habían llevado intranquilidad a los mercados financieros.
Conte dijo esta noche en Roma que realizó "el máximo esfuerzo" por formar un Gobierno de cambio. El abogado había recibido recién el miércoles pasado el encargo para formar Gobierno.
El jefe del Movimiento Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, responsabilizó al jefe de Estado y su "lobby financiero" por el fracaso de la formación de Gobierno.
La decisión de Mattarella de rechazar a un ministro de Finanzas crítico con el euro es incomprensible, escribió este domingo Di Maio en Facebook. "Esta no es una democracia libre".
"Teníamos un equipo de Gobierno, estábamos dispuestos a gobernar y se nos dijo no (...) porque agencias calificadoras de riesgo en toda Europa estaban preocupadas por un hombre que iba a ser ministro de Finanzas", indicó Di Maio.
Asimismo consideró inútil votar nuevamente, porque otra vez las agencias calificadoras de riesgo y "el lobby financiero y de los bancos" determinarán el Gobierno.
El líder de la Liga, Matteo Salvini, tuiteó por su parte esta noche: "Durante semanas trabajamos día y noche para formar un Gobierno que defendiera los intereses de los ciudadanos italianos". "Pero alguien (¿bajo presión de quién?) nos dijo NO".
Los italianos no pueden seguir siendo "esclavos" e Italia no es una colonia, señaló. "No somos los esclavos de los alemanes ni de los franceses (...) En este punto se les debe devolver a ustedes la palabra", añadió.
Las elecciones del 4 de marzo no arrojaron un claro vencedor y tras semanas de negociaciones, la Liga, un partido que nació en el norte de Italia con ambiciones independentistas, y el partido antisistema Movimiento Cinco Estrellas acordaron formar Gobierno juntos.
El M5S fue la fuerza más votada con el 32 por ciento de los sufragios. El partido, fundado por el ex comediante Beppe Grillo, está a favor de luchar contra los privilegios y nuclea posiciones tanto de derecha como de izquierda.
A la Comisión Europea en Bruselas y a los mercados les preocupaban no solo el posible nombramiento de Savona y la retórica antieuropea, sino sobre todo los planes del futuro Gobierno italiano de rebajar los impuestos e introducir un ingreso mínimo para todos los italianos.
Savona considera que el euro le sirve sobre todo a Alemania y habló de una "colonización" de Italia. Si bien no impulsa directamente una salida del euro, aseguró que el país debe tener un plan listo para ello.
Mattarella explicó que no puede aceptar ningún candidato que ponga en juego una retirada del euro. "La incertidumbre de nuestra posición frente al euro alarmó a los inversores italianos y extranjeros", sostuvo.
Italia tiene actualmente una deuda de cerca del 132 por ciento de su producto interno bruto, la segunda cifra más elevada en el continente europeo después de Grecia. Ningún Gobierno italiano estuvo en condiciones de llevar este número más cerca del límite fijado por la UE, que es del 60 por ciento.


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