AFP (Agencia France-Presse)
BEIRUT. - El enfrentamiento entre las fuerzas del régimen y los rebeldes sirios se intensificará tras el fracaso de las negociaciones de Ginebra, cuya primera consecuencia es un aumento de la tensión entre Estados Unidos y Rusia, padrinos de la conferencia, estiman los analistas.
"Temo que el fracaso de las negociaciones en Ginebra conduzca a una escalada militar. Las cosas van a empeorar probablemente", estima Volker Perthers, director del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad.
"Las dos partes van a intentar demostrar que pueden modificar a su favor el equilibrio en el terreno, y que no están obligadas a negociar por debilidad", observa.
El sábado en Ginebra, el mediador internacional Lakhdar Brahimi manifestó su pesar por el bloqueo de las negociaciones, y afirmó que de momento no hay fecha para una eventual reanudación de las conversaciones.
Las negociaciones, en realidad, nunca arrancaron, ya que el gobierno y la oposición ni siquiera se pusieron de acuerdo sobre el orden del día.
Durante los contactos en la ciudad suiza ni siquiera cesó la violencia. La aviación de Al Asad no dudó en echar mano de nuevo de sus temibles barriles de explosivos contra algunos barrios rebeldes de Alepo, que causaron cientos de muertos según una ONG opositora.
El régimen quería hablar primero de "la lucha contra el terrorismo", término con el que se suele referir a la rebelión, y la oposición de la apertura de un período de transición sin el presidente Bashar al Asad, lo que para el gobierno es inaceptable.
"De momento, ninguna de las partes parece creer en una solución negociada", constata Aron Lund, experto sobre Siria en la asesoría Carnegie Endowment.
"Aunque quieran una solución negociada a largo plazo, las dos partes van a intentar avanzar primero en el terreno. Así que habrá más guerra", añade.
El régimen "no ha cedido en nada a la oposición, lo que podría animarlo a lanzar nuevas ofensivas en el terreno", abunda Charles Lister, del Brookings Doha Center.
Un indicio de que los insurrectos quieren avanzar en ese sentido es que el Ejército Sirio Libre, primera coalición formada para combatir al régimen, cesó a su jefe de Estado Mayor, Selim Idris, ante la multiplicación de reveses y el reforzamiento de grupos islamistas y yihadistas.
El momento elegido para esta decisión es crucial, ya que podría traducirse en la entrega de material militar nuevo para el Ejército Sirio Libre.
Victoria pírrica
Según Lund, el escepticismo de cara a las negociaciones se ha extendido a los países que habían presionado a la oposición para que participara en las conversaciones de Ginebra.
"Incluso los países que creen que puede haber nuevas conversaciones, podrían tener la tentación de mostrarle a Al Asad el coste de torpedear unas negociaciones de la ONU", destaca Aron Lund.
Estados Unidos ha acusado a Al Asad de "obstruir" las negociaciones de Ginebra, y ha reprochado a Rusia, aliada de Damasco, el favorecer la "escalada" del presidente sirio. Moscú rechazó las acusaciones.
Para Karim Emile Bitar, del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), la visita del presidente norteamericano Barack Obama a Arabia Saudita, en marzo, podría "resultar decisiva".
Al igual que Washington, Riad apoya a la oposición, y según la prensa ha aumentado su suministro de armas modernas a los rebeldes, haciendo caso omiso de la circunspección norteamericana.
"O bien los saudíes lo convencen (a Obama) de que haga un esfuerzo militar suplementario con vistas a un cambio de régimen, o bien Obama convence a los saudíes para que contengan a los rebeldes", explica Bitar.
El gobierno y la oposición sirios no se anotaron ningún punto en Ginebra, pero creen haber logrado una victoria pírrica, al mantener sus posiciones.
El régimen se ha zafado de la presión de sus aliados que lo invitaban a hablar de un gobierno transitorio. Y la oposición se ha garantizado el apoyo de importantes fuerzas rebeldes en el terreno, y podría obtener de sus aliados extranjeros más entregas de armas.