El artículo de Friedman fue una respuesta a las afirmaciones hechas por algunos generales norteamericanos al Congreso en las que acusaban a Irán de financiar el terrorismo y mostraron su rechazo al acuerdo nuclear. La respuesta de Friedman a estos altos oficiales es que es Arabia Saudí la que ha financiado el terrorismo global y que el wahabismo saudí es la ideología que alimenta a los terroristas.

Él añadió que aquellos que llevaron los ataque aéreos del 11-S no incluían a ningún iraní y que 15 de los 19 secuestradores en aquellos atentados eran saudíes. Él dijo que el EI y Al Qaida y otras organizaciones terroristas son financiadas por Arabia Saudí y tienen una ideología wahabí. Miles de saudíes están integrados en ambos grupos terroristas.

Él se refirió también a los recientes documentos de Wikileaks que prueban que Arabia Saudí ha gastado miles de millones de dólares en extender la ideología wahhabi por el mundo, que es enemiga del pluralismo y los derechos de las minorías y las mujeres. Él señala que todos los que no comparten la ideología wahabí, en especial los sufíes y shiíes, son susceptibles de ser asesinados y calificó esta ideología como la "más peligrosa idea que ha surgido en el mundo musulmán".

Varios países, como Siria, Iraq, Yemen y otros países han acusado a Arabia Saudí de apoyar el terrorismo en sus países como medio de debilitar y derribar a sus gobiernos.