Funes veta decreto que obligaba a leer Biblia en escuelas de El Salvador
AFP, Agence France-Presse
SAN SALVADOR, (AFP) - El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, vetó este martes un decreto aprobado por el Congreso que obligaba a leer diariamente la Biblia en las escuelas públicas y privadas, según una comunicación oficial del mandatario al Legislativo.
"Hago uso de la potestad que la Constitución de la República me concede en sus artículos 137 inciso primero y 138, vetando, por ser inconstitucional, el decreto legislativo número 411 de fecha uno de julio del presente año", dice la nota oficial enviada por este martes por Funes al Congreso.
El decreto legislativo, que ordenaba leer la Biblia diariamente durante siete minutos antes del inicio de clases en las escuelas, causó polémica en El Salvador y los obispos católicos pidieron al mandatario que lo vetara, mientas los pastores evangélicos clamaban porque lo sancionara.
Los legisladores lo aprobaron como medida para combatir la violencia, en un país con altas cifras de homicicios.
Sin embargo, el mandatario izquierdista hizo ver al Congreso que la lectura de la Biblia no puede hacerse de manera obligatoria, pues eso violaría el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, además del respeto a la libertad de conciencia y de culto, entre otros.
Funes recordó que el artículo 25 de la Constitución "garantiza" el libre ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público.
El mandatario aclaró que en los próximos días comenzará a elaborarse con distintos sectores de la sociedad una propuesta educativa que atienda la "notoria" necesidad de consolidar una cultura de paz.
El decreto 411 establecía que "se instituye la lectura de pasajes de la Biblia diaria y sistemática en todos los centros educativos del país, durante por lo menos siete minutos, previo al inicio de actividades académicas (...) sin entrar en ningún comentario religioso, sectario ni denominacional".
Según el decreto, en caso de que algún padre de familia no estuviera de acuerdo con que su hijo participe de tales lecturas, debería comunicarlo por escrito a la dirección del centro educativo para "eximirlo de su participación".
Funes se encontraba presionado por el decreto desde que los obispos le enviaron una carta en que le pidieron vetarlo.
La Conferencia Episcopal había reconocido "las buenas intenciones" de los diputados que promulgaron el decreto, pero advirtió que "lamentablemente la sola lectura bíblica sin la debida explicación y en un ambiente carente de fe no forma valores como se pretende".
El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, incluso había advertido que si Funes sancionaba el decreto, se avecinaría una lucha religiosa.
Como salida al decreto 411 los obispos habían propuesto incorporar al currículo escolar la asignatura de Moral, Urbanidad y Cívica con "un contenido aceptado por todos". Esa vieja asignatura se retiró tras una reforma educativa en 1970.
En cambio, el decreto encontró buena acogida entre los líderes evangélicos.
El decreto legislativo, que ordenaba leer la Biblia diariamente durante siete minutos antes del inicio de clases en las escuelas, causó polémica en El Salvador y los obispos católicos pidieron al mandatario que lo vetara, mientas los pastores evangélicos clamaban porque lo sancionara.
Los legisladores lo aprobaron como medida para combatir la violencia, en un país con altas cifras de homicicios.
Sin embargo, el mandatario izquierdista hizo ver al Congreso que la lectura de la Biblia no puede hacerse de manera obligatoria, pues eso violaría el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, además del respeto a la libertad de conciencia y de culto, entre otros.
Funes recordó que el artículo 25 de la Constitución "garantiza" el libre ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público.
El mandatario aclaró que en los próximos días comenzará a elaborarse con distintos sectores de la sociedad una propuesta educativa que atienda la "notoria" necesidad de consolidar una cultura de paz.
El decreto 411 establecía que "se instituye la lectura de pasajes de la Biblia diaria y sistemática en todos los centros educativos del país, durante por lo menos siete minutos, previo al inicio de actividades académicas (...) sin entrar en ningún comentario religioso, sectario ni denominacional".
Según el decreto, en caso de que algún padre de familia no estuviera de acuerdo con que su hijo participe de tales lecturas, debería comunicarlo por escrito a la dirección del centro educativo para "eximirlo de su participación".
Funes se encontraba presionado por el decreto desde que los obispos le enviaron una carta en que le pidieron vetarlo.
La Conferencia Episcopal había reconocido "las buenas intenciones" de los diputados que promulgaron el decreto, pero advirtió que "lamentablemente la sola lectura bíblica sin la debida explicación y en un ambiente carente de fe no forma valores como se pretende".
El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, incluso había advertido que si Funes sancionaba el decreto, se avecinaría una lucha religiosa.
Como salida al decreto 411 los obispos habían propuesto incorporar al currículo escolar la asignatura de Moral, Urbanidad y Cívica con "un contenido aceptado por todos". Esa vieja asignatura se retiró tras una reforma educativa en 1970.
En cambio, el decreto encontró buena acogida entre los líderes evangélicos.