Gaddafi recibe al Rey ante su residencia bombardeada por Reagan
El País, España
España quiere pasar página en sus relaciones con Libia, y el precio no es alto: la liquidación de una deuda de hace 20 años. El objetivo es liquidarla en el viaje del Rey, aunque sea reduciéndola a mucho menos de los 80 millones en que la cifran algunas fuentes.
Don Juan Carlos sentiría alivio si recordaba que Felipe González negó permiso a EE UU para sobrevolar España a los aviones procedentes del Reino Unido que bombardearon Trípoli. Permaneció en silencio todo el recorrido, pero cuando Gaddafi le invitó a escribir en lo que parecía un libro de condolencias, anotó: "Con un saludo afectuoso y muy contento de estar por primera vez en Libia". Ni una alusión a la ruina que le rodeaba.
También España quiere pasar página en sus relaciones con Libia, pero el precio es mucho menor: la liquidación de una deuda de hace 20 años. El objetivo es liquidarla en el viaje del Rey, aunque sea reduciéndola a mucho menos de los 80 millones en que la cifran algunas fuentes.
Lo importante es cobrar algo y hacer negocios. Para eso acompañan al Rey 15 directivos de empresas como Abengoa, OHL, Indra, Técnicas Reunidas o Iberinco (grupo Iberdrola). Y entre todos, Antoni Brufau, presidente de Repsol, al que Gaddafi puso en la picota el miércoles al amagar con nacionalizar del petróleo. Tras las garantías recibidas del Gobierno libio, a Brufau se le veía ayer muy tranquilo.