Galería Nacional de EEUU reivindica al maestro holandés Gabriel Metsu
AFP (Agencia France-Presse)
WASHINGTON, (AFP) - La Galería Nacional de Arte de Washington abrió esta semana la mayor retrospectiva hasta la fecha en Estados Unidos del maestro de la pintura holandesa del siglo XVII Gabriel Metsu (1629-1677), que durante siglos fue mejor considerado que su compatriota Johannes Vermeer.
Un hombre escribiendo una carta, de Gabriel Metsu.
Dos siglos más tarde, la suerte comercial de ambos reputados pintores se ha invertido radicalmente: Vermeer (1632-1675) es conocido mundialmente por sus misteriosas telas de interiores de casas burguesas, en las que bellas mujeres cosen, leen cartas de amor o sueñan.
Los pequeños cuadros de Vermeer, como "La joven de la perla" (hacia 1665), se han convertido en íconos de la pintura occidental, mientras que Metsu ha pasado a un segundo plano, a pesar de que su paleta fue mucho más variada, explicó este martes a la prensa Arthur K. Wheelock, comisario de la exposición, que reúne 33 obras.
Vermeer "es el primer artista moderno porque en sus pinturas no hay una historia", mientras que Metsu "es el gran narrador del siglo XVII", la edad de Oro de la pintura holandesa, opinó Wheelock, curador de pintura barroca del Norte de Europa de la Galería Nacional estadounidense.
Ambos artistas, sin embargo, se admiraban mutuamente. Ambos eran católicos, se seguían los pasos y murieron en la cumbre de su carrera, antes de los 50 años.
Metsu rompió moldes a su manera: a los 14 años ya era considerado un prodigio. Hacia los 25 años se pintó desnudo y sonriente, posando como un cazador tras un baño (1654-56), el único autorretrato de ese tipo que se conoce de la puritana pintura holandesa clásica.
Cuatro años más tarde, ya encumbrado como el pintor de la clase alta de su ciudad natal de Leiden, se volvió a retratar con ricos ropajes de color rojo (Autorretrato como Pintor, 1659).
Su carrera fue rápida y variada. Viajó a Amsterdam, donde retrató escenas de mercado, grandes mercaderes, y luego continuó su formación probablemente en Utrecht. Conoció la pintura italiana de la época, probó distintos estilos y luego consiguió fama por sus interiores, como Vermeer.
La Galería exhibe, juntas, sus dos mejores obras de ese periodo: "Mujer leyendo una carta" y "Hombre escribiendo una carta", ambas pintadas hacia 1664, y de ese mismo año, un "Niño enfermo" que preludia a los grandes pintores impresionistas del siglo XIX.