AFP (Agencia France-Presse)
LOS ANGELES. - En De La Tierra, cuatro gigantes del rock latino lanzan puro metal del clásico: mientras Andreas Kisser de Sepultura y Andrés Giménez de ANIMAL ponen la distorsión, Alex Rodríguez de Maná y el Sr. Flavio de los Fabulosos Cadillacs liberan al metalero que ocultaban bajo su fachada pop.
El resultado es un sonido que recuerda el metal de los años '90, antes de que los samplers dominaran la escena musical, previo a la era del auto-tune, cuando las bandas de rock sonaban mejor en vivo que en sus discos.
"Somos cuatro músicos que venimos de la vieja escuela, de lo que es toda la parte bien humana de la música", dice Andrés Giménez en una entrevista con la AFP para promocionar el lanzamiento de su primer álbum, que lleva el nombre de la banda.
"De La Tierra" sale internacionalmente el 14 de enero bajo el sello de Roadrunner, una filial de Warner especializada en metal que aloja, entre otros, a Slipknot y Nickelback. El primer video del tema promocional, "Maldita historia", podrá verse a fines de esta semana enwww.delatierramusic.com.
"Queríamos hacer un disco que respetara el sonido que cada uno hace desde el alma y que interpreta con cada instrumento", añade el vocalista argentino, cuya banda de groove metal ANIMAL se disolvió en 2006 luego de vociferar resistencia social durante 14 años.
Con Giménez (ahora en D-Mente) y el brasileño Kisser (Sepultura) en las guitarras; el mexicano González (Maná) en la batería y el argentino Flavio Cianciarulo (alias Sr. Flavio, de los Cadillacs) en el bajo, De La Tierra viene del deseo de cuatro músicos consagrados de volver a la música análoga y al metal original.
Y, en efecto, Black Sabbath, Iron Maiden, Metallica y Megadeth, que Giménez cita como "las madres de la historia", son las bandas que acuden a la mente cuando se escuchan los primeros riffs y breakdowns del álbum, furioso musicalmente y comprometido socialmente.
"De La Tierra recuperó lo análogo del ser humano. Nos gusta la tecnología, pero somos amantes de lo análogo y no queríamos perder eso", dice Giménez. "Queríamos retomar algo que existió en los 90 y que era ese poder que tenían las bandas de tocar en un disco como tocar directo en vivo".
Amigos en la vida real y con más de dos décadas de escenario, los cuatro concretaron su sociedad el año pasado. Después de compartir ideas a distancia y grabar maquetas cada uno en su estudio, se reunieron en Buenos Aires para depurar 11 canciones, que luego masterizaron en Los Ángeles en el estudio de Tom Baker.
"Fue una cosa muy rápida, pero muy fuerte y muy intensa", comenta Andreas Kisser, quien paralelamente está promocionando el lanzamiento de su último álbum con Sepultura, titulado "The Mediator Between Head And Hands Must Be The Heart".
¿Un Maná metalero?
Quienes conozcan a las cuatro bandas levantarán una ceja con incredulidad: mientras ANIMAL y Sepultura suenan a death metal, Maná y los Cadillacs son más conocidos por sus sonidos tropicales y baladas pop, con temas como "Corazón Espinado" y "Matador".
Y llama en particular la atención que el percusionista de "Mariposa traicionera" esté aquí a cargo de la batería, instrumento que es el corazón de una banda de metal.
"Se van a quedar más que asombrados con Alex González (de Maná). Es un metalero de alma que hizo su carrera dentro de una banda de música pop, pero podía haber sido el baterista de Slayer, de (Iron) Maiden o de Anthrax", asegura Giménez.
Kisser, quien fue invitado por González a tocar la guitarra con Maná en el Rock en Río de 2011, añade que no hay nada de qué sorprenderse, porque Alex, así como el Sr. Flavio, "tienen cabeza de metal".
Los cuatro aseguran no se contentarán con lanzar un solo disco y que comenzarán a dar conciertos tan pronto como el año próximo, porque la suya es una banda para tocar en vivo.
También rechazan el mote que les ha dado la prensa de "super banda" o "mega banda": "Eso déjenselo a los que ganan los reality. Nosotros nos juntamos porque somos amigos y porque tenemos ganas de hacer esto", dice Giménez.
"Es algo que empezamos nosotros, no un 'manager', con ganas de hacer metal. Financiamos el proyecto nosotros en un trabajo de equipo", cuenta Kisser, autor del nombre de la banda. "Es muy emocionante ser parte de un proyecto como éste".
Y añade: "Nos sentimos como niños de 15 años emocionados por una cosa nueva. Ahora, con 45 años, no pensaba que iba a tener la oportunidad de tener este sentimiento una vez más".