Tras una reunión interministerial de varias horas convocada por el primer ministro Ahmed Ouyahia, el ejecutivo anunció la exoneración temporal del 41% de los derechos de aduana, impuestos a importadores, productores y distribuidores de aceite y azúcar.
En un comunicado el gobierno señaló que "espera que los productores y distribuidores repercutan urgentemente el efecto (de las medidas) sobre los precios de venta al consumidor".
Estas medidas, destinadas a "enfrentar un alza súbita de los precios de ciertos productos alimenticios básicos", se aplicarán retroactivamente a partir del 1 de enero y hasta el 31 de agosto próximo.
Esas subidas de precios originaron desde el 5 de enero disturbios en varias regiones del país, que dejaron desde entonces tres muertos, indicó el ministro del Interior, Daho Ould Kablia.
Ould Kablia subrayó que la policía había recibido la orden de contener a los manifestantes, y que "más de 300 agentes (policiales) resultaron heridos". Entre los manifestantes, hubo "al menos un centenar de heridos", añadió el ministro.
Desde hace varios días, grupos de jóvenes denuncian en muchas partes del país lo que llaman su "malvivir", sea por desempleo --más de 20% de los jóvenes están sin trabajo-- o por falta de vivienda.
Los jóvenes --que constituyen el 75% de los 35,6 millones de argelinos-- protestaban también contra el elevado costo de la vida y la corrupción generalizada.
Las autoridades argelinas salieron de su mutismo el viernes cuando el ministro argelino de Juventud y Deportes, Hachemi Djiar, llamó a los jóvenes manifestantes a "dialogar de manera pacífica".
Varios partidos políticos, entre ellos el Movimiento de la Sociedad por la Paz (islámico moderado, miembro de la alianza presidencial), y la Comisión nacional de promoción y protección de los Derechos Humanos (CNCPPDH, oficial) denunciaron "actos de violencia y de vandalismo", cuyo coste no ha sido aún evaluado.
En el barrio popular de Annaba, a más de 600 km al oeste de Argel, ciudad de 800.000 habitantes, los enfrentamientos continuaron durante la noche del viernes y numerosos edificios oficiales, incluyendo la daira (sub alcaldía), fueron saqueados, según los testimonios.
En Tizi Uzu, la ciudad más importante de Cabilia, la noche estuvo marcada por actos violentos, según los habitantes. En el barrio de Bukhalfa los manifestantes bloquearon el camino que lleva a la capital con neumáticos incendiados.
En la capital, Argel, la tensión persistía el sábado en Bab el Oued, un barrio popular densamente poblado y principal foco de la protesta. Sin embargo, según los residentes, no se produjeron actos de violencia durante la noche anterior.