Los contestatarios sunitas que manifiestan desde hace más de tres meses en el norte y el oeste del país consideran que las autoridades atacan en forma injustificada y sistemática a los ex líderes del partido Baas, prohibido desde la invasión de Irak, hace diez años.
El proyecto de ley adoptado por el gobierno el domingo permitiría a los ex jefes de grupos, o "firqa", un escalón relativamente elevado en la jerarquía baasista, integrar o reintegrar la función pública.
Los "Fedayin de Sadam", la ex guardia personal de Udai, el temido hijo del ex dictador, podrían recibir una pensión de jubilación.
Finalmente, sólo las personas colocadas en la lista negra hacia fines de este año serían excluidas de la función pública.
"Para crear un Estado, la reconciliación es inevitable", declaró Mahmud Othman, un diputado kurdo que se opone a la actual ley sobre la exclusión de los miembros del Baas, que según él "castiga" a todos los que estaban vinculados de alguna forma al anterior régimen.
Por su parte, los detractores del actual arsenal legislativo consideran que el mismo es utilizado en una forma demasiado elástica y que tiende a ser empleado sistemáticamente contra la minoría sunita, a la cual pertenecía Sadam Husein.