Gobierno sirio y combatientes rebeldes reunidos frente a frente por primera vez en Astaná

AFP (Agencia France-Presse)

Astaná, Kazajistán. - El régimen sirio y los combatientes rebeldes se reunirán el lunes en Astaná para las primeras negociaciones directas desde el inicio de la guerra, organizadas por sus respectivos aliados.

Estas negociaciones, las primeras entre emisarios de Bashar al Asad y una delegación compuesta por rebeldes que combaten en el terreno y controlan territorios concretos, se anuncian más militares que políticas. Esta vez los opositores tendrán un papel de observadores.
En Kazajistán, el gobierno sirio, apoyado por Moscú y Teherán, y los rebeldes, respaldados por Ankara, van a intentar afianzar el frágil alto el fuego instaurado el 30 de diciembre, que sigue en vigor pese a sus múltiples violaciones.
El objetivo para el régimen es dirigirse hacia una solución política "global", tras casi seis años de guerra. El presidente Al Asad pidió el jueves a los rebeldes que entregaran sus armas a cambio de una amnistía, siguiendo los acuerdos de "reconciliación" aplicados en las ciudades asediadas.
El enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, presente en Astaná, dijo que esperaba que esta reunión sirva de base para una solución política de cara a las negociaciones del 8 de febrero en Ginebra, auspiciadas por la ONU.
Las delegaciones sirias estarán dirigidas por parte del régimen, por su embajador ante la ONU, Bashar Jaafari, y por el bando rebelde, por Mohammad Allush, un responsable del grupo Jaish al Islam (Ejército del islam).
La delegación rebelde estará compuesta por ocho miembros de la insurrección, que contarán con el apoyo de nueve opositores del Alto Comité de Negociaciones (HCN).
El grupo combatiente más importante, Ahrar al Sham, rechazó sin embargo participar en el encuentro, alegando las "violaciones" de la tregua por parte de las fuerzas gubernamentales.
Considerado cercano a Turquía, este movimiento, que cuenta con miles de seguidores, asegura que podría dar su apoyo a las decisiones que se tomen en Astaná si "sirven a los intereses de la nación".
Estas negociaciones, que se llevarán a cabo durante varios días en el hotel Rixos de la capital de Kazajistán, coinciden con la consolidación de la posición del presidente Al Asad tras la victoria del régimen en Alepo (norte), la segunda ciudad del país.
"Hay una auténtica preocupación en el seno de la oposición porque los representantes de los grupos militares, que no están acostumbrados a este tipo de negociaciones, se dejen llevar por una solución política de la mano del régimen", admite una fuente diplomática europea.
 

- Presencia modesta de Estados Unidos -

 
Estas negociaciones también ponen de manifiesto el acercamiento entre Turquía y Rusia, hasta el punto de que el miércoles ambos países efectuaron bombardeos conjuntos contra posiciones de la organización yihadista Estado Islámico (EI) en Siria.
Rusia y Turquía, que han dejado atrás estos últimos meses una grave crisis en sus relaciones, mantienen sin embargo profundas divisiones respecto al futuro de Bashar al Asad. Los opositores, apoyados por Turquía, exigen su salida en el inicio de un proceso de transición, lo que el régimen rechaza de forma categórica.
Turquía no obstante mostró el viernes algunos indicios de cambio de su posición, cuando el viceprimer ministro turco, Mehmet Simsek, reconoció que una solución sin Asad "no era realista".
El departamento de Estado estadounidense, en transición, anunció el sábado que no enviará a nadie a Astaná, precisando que solo estará presente el embajador de Estados Unidos en Kazajistán.
Estados Unidos, apoyo de los rebeldes, fue uno de los organizadores de las precedentes reuniones en Ginebra. 
Francia y Reino Unido también estarán representados por sus embajadores, según una fuente diplomática europea. 


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