El cupo anual, que será determinado tras la conclusión de una serie de consultas programadas por el gobierno hasta septiembre, era una de las promesas de campaña de los conservadores de David Cameron, que llegaron al poder en mayo tras alcanzar un acuerdo de coalición con los liberal demócratas.
"Este gobierno cree que Gran Bretaña se puede beneficiar de la migración, pero no de una migración incontrolada", declaró la ministra del Interior, Theresa May.
"Reconozco la importancia de atraer a los mejores y más brillantes para asegurar un crecimiento económico fuerte, pero una inmigración ilimitada supone una presión inaceptable para los servicios públicos", agregó May.
La ministra justificó la limitación provisional entre julio y abril "a fin de que no haya una explosión de solicitudes de inmigración y que el número de visados de trabajo se mantenga por debajo del nivel alcanzado en 2009".
Cameron se comprometió durante la campaña a volver a llevar el saldo migratorio neto a los niveles de los años 1990, es decir "a decenas de miles de personas, en lugar de cientos de miles". En 2008 fue de 163.000.
El cupo provisional es inferior en un 5% a la cifra de inmigrantes de fuera de la UE que entraron legalmente en el Reino Unido el año pasado, es decir 19.000 en el caso de los trabajadores altamente calificados y 24.000 para los otros en el periodo concernido.
La limitación afecta sólo a los inmigrantes extraeuropeos puesto que los comunitarios se rigen por las reglas de la Unión Europea (UE).
El nuevo gobierno ya anunció a principios de junio una primera normativa que obligará a los inmigrantes extraeuropeos que deseen reunirse con su pareja o casarse en el Reino Unido a superar un examen de inglés obligatorio a partir del próximo otoño (boreal).