Grecia dice adiós al rescate financiero con sensación agridulce
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Atenas/Bruselas. - Grecia dijo hoy adiós a la ayuda financiera internacional que recibe desde hace ocho años, algo que celebró la Unión Europea (UE) pero que dentro del país heleno se percibe con sentimientos encontrados.
"¡Lo lograron¡ (...) Felicidades a Grecia y a su gente por el fin del programa de asistencia financiera", tuiteó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "Es el principo de un nuevo capítulo para Grecia y su pueblo después de ocho años especialmente difíciles", dijo el comisario de Economía de la UE, Pierre Moscovici.
El ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, también calificó de éxito el fin del programa de rescate de Grecia. "Las profecías agoreras no se han cumplido. Eso es bueno.", señaló el político socialdemócrata en una entrevista publicada hoy en el diario económico germano "Handelsblatt".
Este lunes concluye el programa de crédito para Grecia puesto en marcha en 2015 por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). El país mediteráneo recibió tres programas de créditos ventajosos desde 2010, por un monto total de 289.000 millones de euros (unos 331.000 millones de dólares) en créditos para evitar la bancarrota. A cambio, diferentes Gobiernos helenos se comprometieron a llevar a cabo drásticas reformas y recortes sociales.
En los últimos años se redujó el déficit presupuestario y disminuyó la tasa de desempleo, aunque esta sigue por encima del 20 por ciento. Grecia se enfrenta ahora a una deuda equivalente al 180 por ciento de su producto interior bruto (PIB) y muchos ciudadanos no experimentan ninguna mejora. Uno de cada cinco griegos sigue desempleado, la mayoría perdió una cuarta parte de los ingresos y más de 400.000 jóvenes bien formados han abandonado el país.
Aunque Grecia abandone el programa de rescate, sus acreedores le impondrán una fuerte vigilancia para evitar que se aleje de la senda de las reformas. A partir del 10 de septiembre llegará a Atenas un grupo de expertos para vigilar que Grecia cumpla sus promesas.
Por eso, los medios griegos recibieron el final del programa de distintas maneras. El diario "Kontra News", cercano al Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras, habló del final de "la pesadilla de los programas de ayuda". Pero la prensa cercana a la oposición destacó que Grecia seguirá estando sometida a controles. Se trata de una libertad "con pulsera electrónica", apuntó el conservador Phileleftheros".
En Grecia no hay previstas celebraciones y Tsipras únicamente dará un discurso al pueblo.
Ahora, la incógnita es si el país conseguirá financiarse por sí mismo en los mercados financieros, algo que sí cree posible el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno. También el comisario europeo de Economía, Moscovici, cree que las reformas modernizaron la economía, la administración pública y el sistema social de Grecia.
Sin embargo, el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis aseguró que el país heleno continúa en la misma mala situación que hace ocho años.
"Grecia está en el mismo punto, en el mismo agujero negro y cada día se hunde un poco más en ese agujero", declaró el político de izquierdas en una entrevista publicada hoy por el diario alemán "Bild". En su opinión, las dificultades que afronta Grecia se deben en buena parte a que los recortes impuestos por los acreedores han frenado las inversiones y el consumo. "La deuda pública no se ha reducido, sino que ha aumentado. Ahora, simplemente tenemos más tiempo para pagar nuestras deudas", recalcó.
El ex ministro heleno afirmó también que el Estado griego está todavía en situación de quiebra, que los ciudadanos son ahora más pobres y que las empresas están en bancarrota.
Grecia cuenta con una reserva de 24.000 millones de euros, aportados por los acreedores y por el propio Estado, que en un caso extremo le permitiría cubrir sus necesidades financieras durante dos años.
De aquí a 2022, Atenas debe alcanzar, en virtud del acuerdo con el Eurogrupo, un superávit primario de un 3,5 por ciento anual, es decir, sin tomar en cuenta los gastos para el servicio de la deuda. En la prensa griega se multiplican las voces que dudan de que esta meta sea realista.
El ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, también calificó de éxito el fin del programa de rescate de Grecia. "Las profecías agoreras no se han cumplido. Eso es bueno.", señaló el político socialdemócrata en una entrevista publicada hoy en el diario económico germano "Handelsblatt".
Este lunes concluye el programa de crédito para Grecia puesto en marcha en 2015 por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). El país mediteráneo recibió tres programas de créditos ventajosos desde 2010, por un monto total de 289.000 millones de euros (unos 331.000 millones de dólares) en créditos para evitar la bancarrota. A cambio, diferentes Gobiernos helenos se comprometieron a llevar a cabo drásticas reformas y recortes sociales.
En los últimos años se redujó el déficit presupuestario y disminuyó la tasa de desempleo, aunque esta sigue por encima del 20 por ciento. Grecia se enfrenta ahora a una deuda equivalente al 180 por ciento de su producto interior bruto (PIB) y muchos ciudadanos no experimentan ninguna mejora. Uno de cada cinco griegos sigue desempleado, la mayoría perdió una cuarta parte de los ingresos y más de 400.000 jóvenes bien formados han abandonado el país.
Aunque Grecia abandone el programa de rescate, sus acreedores le impondrán una fuerte vigilancia para evitar que se aleje de la senda de las reformas. A partir del 10 de septiembre llegará a Atenas un grupo de expertos para vigilar que Grecia cumpla sus promesas.
Por eso, los medios griegos recibieron el final del programa de distintas maneras. El diario "Kontra News", cercano al Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras, habló del final de "la pesadilla de los programas de ayuda". Pero la prensa cercana a la oposición destacó que Grecia seguirá estando sometida a controles. Se trata de una libertad "con pulsera electrónica", apuntó el conservador Phileleftheros".
En Grecia no hay previstas celebraciones y Tsipras únicamente dará un discurso al pueblo.
Ahora, la incógnita es si el país conseguirá financiarse por sí mismo en los mercados financieros, algo que sí cree posible el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno. También el comisario europeo de Economía, Moscovici, cree que las reformas modernizaron la economía, la administración pública y el sistema social de Grecia.
Sin embargo, el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis aseguró que el país heleno continúa en la misma mala situación que hace ocho años.
"Grecia está en el mismo punto, en el mismo agujero negro y cada día se hunde un poco más en ese agujero", declaró el político de izquierdas en una entrevista publicada hoy por el diario alemán "Bild". En su opinión, las dificultades que afronta Grecia se deben en buena parte a que los recortes impuestos por los acreedores han frenado las inversiones y el consumo. "La deuda pública no se ha reducido, sino que ha aumentado. Ahora, simplemente tenemos más tiempo para pagar nuestras deudas", recalcó.
El ex ministro heleno afirmó también que el Estado griego está todavía en situación de quiebra, que los ciudadanos son ahora más pobres y que las empresas están en bancarrota.
Grecia cuenta con una reserva de 24.000 millones de euros, aportados por los acreedores y por el propio Estado, que en un caso extremo le permitiría cubrir sus necesidades financieras durante dos años.
De aquí a 2022, Atenas debe alcanzar, en virtud del acuerdo con el Eurogrupo, un superávit primario de un 3,5 por ciento anual, es decir, sin tomar en cuenta los gastos para el servicio de la deuda. En la prensa griega se multiplican las voces que dudan de que esta meta sea realista.