Groenlandia sueña con la independencia con la ayuda de China

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Nuuk/Copenhague. - Cuando los groenlandeses van al médico necesitan a menudo un intérprete porque en casi todos los servicios públicos de la enorme isla del Ártico se habla danés. Groenlandia forma parte del reino de Dinamarca, pero en realidad los daneses ya solo mandan en temas de política exterior y defensa. Por eso la mayoría de los ciudadanos quiere la independencia.

El martes se celebran elecciones parlamentarias en la mayor isla del mundo, pero de forma indirecta, los groenlandeses estarán eligiendo cuándo independizarse. Todos los principales partidos quieren cortar lazos con Dinamarca, la cuestión es cuándo y a qué precio.
Está claro que Groenlandia no puede sobrevivir sola. Allí tan solo viven 56.000 personas, no hay grandes ciudades y entre los pueblos no hay carreteras. Los habitantes viven de la industria pesquera y la mitad de su presupuesto, unos 500 millones de euros (611 millones de dólares), procede de Dinamarca. Ese dinero dejaría de llegar si se independiza la isla, advirtió el jefe de Gobierno danés, Lars Løkke Rasmussen.
Paradójicamente, la esperanza de los groenlandeses es el cambio climático, pues gracias a ello su país cada vez está adquiriendo mayor importancia geopolítica. Bajo el hielo Ártico en descongelación se cree que se encuentran valiosos yacimientos de petróleo, uranio y tierras raras. Esto despierta un interés internacional que podría ayudar a Groenlandia a salir adelante de forma independiente.
Los proyectos de exploración están aún en las primeras fases, "pero podrían allanar el camino a grandes planes de explotación que podrían jugar un importante papel en la economía nacional. Pero para que esto funcione necesitamos inversores chinos", explica Ulrik Pram Gad, experto en Groenlandia de la universidad danesa de Aalborg y ex director de departamento en el Gobierno groenlandés.
Los chinos ya están empezando a fijarse en la isla: el gigante chino de los minerales Shenghe Resources posee acciones de Greenland Minerals & Energy (GME), que tiene permiso para extraer tierras raras y uranio en el sur de Groenlandia. En el norte está planeada la construcción de una mina de zinc en la que están involucrados chinos y otra empresa china tiene derechos en una posible mina de hierro en el oeste.
Pero el Gobierno de la isla no pretende dejar de depender de Dinamarca para depender de China, destaca Gad, sino que lo ideal es contar con varios países: "De modo que tengamos relaciones de seguridad con Estados Unidos, relaciones con Dinamarca e Islandia; que aprendamos de los noruegos a regular el sector minero y que tengamos más en común con nuestros amigos inuit en Canadá. Y sí, las inversiones chinas también estarían bien".
Aunque hasta ahora muchos de los proyectos de explotación minera están congelados porque el precio de las materias primas en el mercado no es beneficioso.
No obstante, el partido Partii Naleraq aboga por realizar un referéndum de independencia ya en 2019 y tomar una decisión definitiva en 2021. En cambio, la mayoría de los demás partidos calculan que pasarán décadas hasta que Groenlandia se erija como país independiente, entre otras cosas porque eso es lo que tardará en derretirse el hielo lo suficiente como para facilitar la explotación de los yacimientos.
Sin embargo, hay otros temas más urgentes que jugarán un papel decisivo en las elecciones, dice Martine Lind Krebs, de la representación de Groenlandia en Dinamarca, como por ejemplo la educación, la construcción, las cuotas de pesca y, por supuesto, el idioma, pues uno de cada dos groenlandeses apenas entiende el danés, según los estudios.


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