En un comunicado, Ahrar as Sham explicó su rechazo por "la falta de respeto del cese del fuego" en vigor en Siria, así como por la continuación de los ataques de la aviación rusa, aliada del régimen en el país.

Ahrar as Sham es uno de los siete grupos rebeldes que aprobó el acuerdo de cese del fuego con el régimen, bajo patrocinio de Rusia y Turquía. 

Este cese del fuego, pese las numerosas violaciones desde su entrada en vigor el 30 de diciembre, facilitó preparar las negociaciones de Astaná.

La principal violación según ese grupo rebelde fue cometido por el régimen en la localidad de Wadi Barada, que alberga la principal estructura de suministro de agua a Damasco. Ésta fue dañada por los combates, lo que causó carencia de agua desde el 22 de diciembre en la capital siria.

Las tropas del régimen se hallan en plena ofensiva para desalojar a los rebeldes de Wadi Barada, a 15 km de Damasco, y retomar el control de las principales fuentes de suministro.

"Tras largas discusiones, los dirigentes del grupo decidieron no participar en la conferencia (de Astaná) por varias razones", dijo Ahrar as Sham. Citó especialmente "la ofensiva del régimen contra nuestro pueblo en Wadi Barada" y "la continuación de los ataques de la aviación rusa que causan víctimas entre nuestro pueblo".

La delegación de los grupos rebeldes en Astaná será dirigida por Mohammed Allush, dirigente de Yaish al Islam, quien será asesorado por consejeros de la oposición política.