"El gobierno ha congelado los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista)", aseguró Rodríguez en una carta pública, con la que respondió a otra misiva de la periodista María Jimena Duzán sobre el reciente secuestro de tres reporteros por parte del grupo rebelde.

"Valoramos muy desafortunado que luego de lo acordado el 30 de marzo, que generó grandes expectativas, el presidente (Juan Manuel) Santos de manera intempestiva y unilateral, haya colocado nuevos impedimentos para avanzar", dijo también el líder guerrillero en el texto, publicado en la web eln-voces.com.

El ELN y el gobierno de Santos anunciaron a fines de marzo que instalarían una mesa formal de diálogo de paz, tras dos años de charlas preparatorias, para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo.

Sin embargo, el mandatario colombiano ha insistido en que antes de dar ese paso los rebeldes deben renunciar al secuestro, tal como lo hicieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) previo a la instalación de los diálogos de paz que esa guerrilla sostiene en Cuba con el gobierno desde 2012.

El secuestro en mayo a manos del ELN de la periodista española Salud Hernández y de dos reporteros del canal RCN, que la misma guerrilla lamentó y tildó de "fortuito", complicó aún más el panorama e intensificó los pedidos del gobierno para que el grupo rebelde ponga fin a esa práctica.

"Los intentos de imponer condiciones siempre estuvieron presentes en este tiempo (previo al anuncio de las negociaciones formales), ello significó, igual que hoy, serios atranques en el desarrollo del diálogo exploratorio", dijo alias Gabino.

El líder guerrillero reiteró también su disposición "para que la paz sea el puerto de llegada que necesita Colombia" y dijo que en el ELN siguen "atentos y solícitos para acudir a un próximo encuentro con el gobierno, para darle curso a la fase pública (de diálogo) concertada".

El conflicto colombiano ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares, miembros de la fuerza pública y grupos del narcotráfico, dejando un saldo de alrededor de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.