Hipnótico homenaje a John Cage en el Auditori
El Periódico de Catalunya, Barcelona, España
• Margaret Leng Tan y bcn216 rinden tributo al compositor experimental. Alex Ross lo recuerda en El ruido eterno, su personal historia de la música clásica del siglo XX: «En vez del término vanguardista, que implicaba un impulso hacia delante con resonancias militares, Cage prefería experimental, que, decía, era inclusivo y no exclusivo». La vanguardia de Cage no es tan despiadada, no al menos tanto como la de Pierre Boulez.
El músico John Cage
MURMULLOS Y TOSES / Para la segunda parte se unió la gran pianista Margaret Leng Tan, célebre sobre todo por sus interpretaciones de la música de Cage, su mentor durante largo tiempo. Primero sonó (es un decir) la clásica cacofonía silenciosa 4’33” (1952), entre murmullos, golpes, gruñidos, risas disfrazadas de toses y risas no disimuladas.
Y como colofón, el Concierto para piano preparado y orquesta de cámara (1951), cuya tercera parte, igual que 4’33”, es resultado de tiradas con el I Ching. La música del azar interpretada por músicos nada azarosos; había que ver a Margaret Len Chan haciendo serpentear sus dedos entre las teclas del piano, en una segura pero grácil y flotante coreografía.
Un minuto antes del final, la señora a mi derecha se despierta de forma violenta. ¿De la hipnosis o de la siesta? Ojalá que de lo primero.