AFP (Agencia France-Presse)
WASHINGTON. - François Hollande y Barack Obama sepultaron este martes el escándalo del espionaje estadounidense y restauraron la confianza mutua, en ocasión de una visita de Estado del mandatario francés a Estados Unidos.
"Queremos combatir el terrorismo, pero también queremos alcanzar ciertos principios. Y estamos avanzando en esta cooperación. La confianza mutua ha sido restaurada", dijo Hollande en conferencia de prensa en la Casa Blanca.
El mandatario francés señaló que esa confianza restaurada "debe estar fundada a la vez en el respeto de cada uno de nuestros países y también en la protección de la vida privada".
El escándalo global generado por las revelaciones del exanalista de inteligencia Edward Snowden afectó de forma directa las relaciones de Estados Unidos con varios aliados europeos, y Obama tuvo que empeñarse personalmente en buscar recomponer el diálogo.
Las denuncias, que en el caso de Francia apuntaban a la interceptación de millones de llamadas telefónicas en ese país por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), agrietó las relaciones franco-estadounidenses, que vivían una mejoría tras la agria ruptura por la guerra de Irak hace una década.
Visita cargada de simbolismo
Hollande, que llegó en la tarde del lunes a Washington, fue recibido este martes con honores en la Casa Blanca, donde luego mantuvo una extensa reunión de trabajo con Obama.
En el jardín sur de la mansión presidencial de una soleada pero helada mañana, Hollande y Obama escucharon los himnos de ambos países y pasaron revista a la tropa en uniforme de gala, una escena que un mandatario francés no presenciaba desde los días de Jacques Chirac y Bill Clinton hace casi 20 años.
La visita ha estado cargada de simbolismo y referencias a los vínculos históricos entre París y Washington.
El lunes, en una ocasión inusual para mandatarios extranjeros, Hollande viajó con Obama en el Air Force One a Monticello, en Virginia (este), tierra del padre fundador y tercer presidente estadounidense, quien además fue embajador en París, Thomas Jefferson.
Este martes, Obama anunció que viajará a Francia en junio para la conmemoración del 70º aniversario del desembarco de las fuerzas aliadas en Normandía, el 6 de junio de 1944.
Además, Hollande otorgará la Legión de Honor a uno de los soldados desconocidos enterrados en el cementerio nacional de Arlington, en Washington, y condecorará a seis veteranos de la Segunda Guerra Mundial en Fort Myer.
Haciendo referencia a esa alianza histórica, Hollande había dicho momentos antes que "hoy Francia y Estados Unidos siguen juntos para hacer que esos valores prevalezcan".
"Como las generaciones antes que nosotros, tenemos ahora la tarea no solo de preservar nuestra resistente alianza, sino de renovarla para nuestro tiempo", señaló por su parte Obama.
Pero ¿es París mejor amigo de Washington que Londres? Obama se negó a decir nada, ofreciendo el momento más alegre de la reunión.
"Tengo dos hijas. Las dos son espléndidas y maravillosas. Jamás elegiría entre ellas. Y es así como veo mi relación con mis extraordinarios socios europeos. Son todos maravillosos, a su manera", dijo Obama, en medio de carcajadas.
Unidos ante los grandes desafíos
En un tono más serio, ambos mandatarios resaltaron su voluntad de afrontar "juntos" los grandes desafíos globales, como el terrorismo, la proliferación nuclear, las crisis en Medio Oriente y África, y el cambio climático.
"Hagamos más cosas juntos", subrayó el presidente estadounidense, quien además elogió a Hollande: "Desde Malí a Siria e Irán, usted ha dado muestras de coraje y determinación y yo quiero agradecerle por su liderazgo y su cooperación con Estados Unidos".
Por otra parte, Obama advirtió que Rusia será acusada de impedir la entrega de ayuda a civiles en Siria, en el caso de que bloquee una resolución de la ONU para levantar el cerco a la ciudad de Homs.
E instó a Moscú a que obligue a Damasco a cumplir con el acuerdo para desmantelar su arsenal químico.
Y a las empresas que han empezado a buscar oportunidad de negocios en Irán, en antesala a una eventual flexibilización de las sanciones de lograrse un acuerdo para detener el programa nuclear de Teherán, ambos mandatarios se expresaron de manera categórica.
Los empresarios "lo hacen corriendo el riesgo. Porque les vamos a caer como una tonelada de ladrillos" si violan las sanciones, afirmó Obama.
La jornada culminará con una fastuosa cena de Estado con la presencia de unos 300 invitados, a la que Hollande asistirá solo, luego de una crisis en su vida sentimental se regara por los tabloides de todo el mundo.
En una nota discordante, un puñado de opositores al mandatario francés se apostaron frente a la Casa Blanca con una enorme pancarta que reclamaba su "dimisión".
El presidente francés cerrará su visita de tres días con una gira en la región de San Francisco (California, oeste), donde se reunirá con empresarios en el feudo informático de Sillicon Valley.