Horas decisivas para Ortega y el diálogo nacional en Nicaragua
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Managua. – El diálogo nacional que empezó hace una semana en Nicaragua se encamina hacia horas decisivas, frente a la resistencia del presidente Daniel Ortega (72) de abandonar su cargo y la amenaza de estudiantes y campesinos de presionarlo cerrando el tráfico terrestre entre fronteras, dijeron opositores al Gobierno.
En un comunicado, manifestantes que manejan “tranques” (retenes) instalados en las 16 provincias del país anunciaron que impedirán totalmente el tránsito a partir de las 06:00 hora local (12:00 GMT), dejando pasar sólo ambulancias y ayuda humanitaria.
“Se cerrará el paso definitivo en todos los ‘tranques’ pacíficos del país hasta que Daniel Ortega y (su esposa y vicepresidenta) Rosario Murillo se sienten en el diálogo nacional a presentar su renuncia”, advierte el comunicado de los llamados “autoconvocados”, que mantienen intensas protestas desde hace más de un mes.
“Nuestra demanda sigue inalterable: Ortega debe abandonar el poder y lo que vamos a plantear hoy son los mecanismos de su retiro”, declaró a dpa la abogada Azahálea Solís, delegada de la sociedad civil en las pláticas que arrancaron el 16 de mayo.
Solís dijo que la alianza de estudiantes, empresarios y el sector que ella representa “ya no discutirá nada más, que no sea cuándo y cómo se irá del poder" el ex guerrillero sandinista que gobernó de 1985 a 1990, retornó en 2007 y se reeligió en 2011 y 2016.
La abogada adelantó que tampoco permitirán el ingreso de cuatro funcionarios de la Organización de Estados Americanos (OEA) que llegaron de Washington invitados por el Gobierno como "observadores" del diálogo en el Seminario Inter-diocesano, en el suroeste de Managua.
“El Gobierno no decide unilateralmente quién entra o quién sale de estas reuniones. Esos tiempos ya pasaron”, dijo la dirigente feminista.
Según la prensa local, los emisarios del secretario general de la OEA, Luis Almagro, pretenden alertar a las partes en el diálogo sobre una inminente ruptura del orden constitucional en el país. La misión viajó a Managua horas después de que el uruguayo expresara su aparente apoyo a Ortega durante un panel en Washington sobre democracia y desarrollo en Nicaragua.
“Las condiciones no están dadas ahora para un proceso electoral justo y transparente”, dijo Almagro al ser increpado sobre la demanda antigubernamental de anticipar las presidenciales de 2021.
“Lo que ustedes quieren son variables antidemocráticas para sacarse de encima a Daniel Ortega. Ese no es un camino que vamos a avalar, lo siento mucho”, afirmó.
En un comunicado, el Frente Amplio por la Democracia (FAD), alianza opositora excluida de los comicios de 2016, que fueron avalados por la OEA, expresó su "preocupación" por las palabras de Almagro y consideró que "reflejan una parcialidad a favor del régimen".
"Desde ya expresamos nuestro rechazo a cualquier maniobra de parte de la dictadura Ortega Murillo que pretenda, con la complicidad del señor Almagro, sustraer (de la mesa de diálogo) el tema de la salida de Ortega y la democratización del país", destacó el FAD.
El canciller Denis Moncada, jefe de la delegación oficial, presionó sin éxito en la última sesión por el desmontaje de los “tranques”, que según sindicalistas causarán pérdidas millonarias al comercio intrarregional y a la economía nicaragüense.
“El único ‘tranque’ que hay que retirar está en El Carmen” (el barrio donde vive Ortega), replicó Michael Healy, presidente de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios (Upanic), una de las 27 asociaciones del sector privado que abogan por su dimisión.
Las palabras del empresario arrancaron sonrisas de algunos obispos, que en los últimos días han visto notoriamente reforzada la seguridad en torno a la supervigilada residencia de los Ortega Murillo, protegida por policías antimotines fuertemente armados.
La crisis en Nicaragua se inició con una protesta estudiantil por una reforma del Seguro Social que afectaba a miles de trabajadores y jubilados. Aunque la medida fue revocada, las manifestaciones se extendieron tras la violenta acción de la Policía y paramilitares.
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) divulgado el lunes en Managua dio cuenta de 76 muertes en el último mes, así como 868 heridos (cinco de ellos de gravedad y aún hospitalizados) y 438 detenidos, en su gran mayoría estudiantes.
“Se cerrará el paso definitivo en todos los ‘tranques’ pacíficos del país hasta que Daniel Ortega y (su esposa y vicepresidenta) Rosario Murillo se sienten en el diálogo nacional a presentar su renuncia”, advierte el comunicado de los llamados “autoconvocados”, que mantienen intensas protestas desde hace más de un mes.
“Nuestra demanda sigue inalterable: Ortega debe abandonar el poder y lo que vamos a plantear hoy son los mecanismos de su retiro”, declaró a dpa la abogada Azahálea Solís, delegada de la sociedad civil en las pláticas que arrancaron el 16 de mayo.
Solís dijo que la alianza de estudiantes, empresarios y el sector que ella representa “ya no discutirá nada más, que no sea cuándo y cómo se irá del poder" el ex guerrillero sandinista que gobernó de 1985 a 1990, retornó en 2007 y se reeligió en 2011 y 2016.
La abogada adelantó que tampoco permitirán el ingreso de cuatro funcionarios de la Organización de Estados Americanos (OEA) que llegaron de Washington invitados por el Gobierno como "observadores" del diálogo en el Seminario Inter-diocesano, en el suroeste de Managua.
“El Gobierno no decide unilateralmente quién entra o quién sale de estas reuniones. Esos tiempos ya pasaron”, dijo la dirigente feminista.
Según la prensa local, los emisarios del secretario general de la OEA, Luis Almagro, pretenden alertar a las partes en el diálogo sobre una inminente ruptura del orden constitucional en el país. La misión viajó a Managua horas después de que el uruguayo expresara su aparente apoyo a Ortega durante un panel en Washington sobre democracia y desarrollo en Nicaragua.
“Las condiciones no están dadas ahora para un proceso electoral justo y transparente”, dijo Almagro al ser increpado sobre la demanda antigubernamental de anticipar las presidenciales de 2021.
“Lo que ustedes quieren son variables antidemocráticas para sacarse de encima a Daniel Ortega. Ese no es un camino que vamos a avalar, lo siento mucho”, afirmó.
En un comunicado, el Frente Amplio por la Democracia (FAD), alianza opositora excluida de los comicios de 2016, que fueron avalados por la OEA, expresó su "preocupación" por las palabras de Almagro y consideró que "reflejan una parcialidad a favor del régimen".
"Desde ya expresamos nuestro rechazo a cualquier maniobra de parte de la dictadura Ortega Murillo que pretenda, con la complicidad del señor Almagro, sustraer (de la mesa de diálogo) el tema de la salida de Ortega y la democratización del país", destacó el FAD.
El canciller Denis Moncada, jefe de la delegación oficial, presionó sin éxito en la última sesión por el desmontaje de los “tranques”, que según sindicalistas causarán pérdidas millonarias al comercio intrarregional y a la economía nicaragüense.
“El único ‘tranque’ que hay que retirar está en El Carmen” (el barrio donde vive Ortega), replicó Michael Healy, presidente de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios (Upanic), una de las 27 asociaciones del sector privado que abogan por su dimisión.
Las palabras del empresario arrancaron sonrisas de algunos obispos, que en los últimos días han visto notoriamente reforzada la seguridad en torno a la supervigilada residencia de los Ortega Murillo, protegida por policías antimotines fuertemente armados.
La crisis en Nicaragua se inició con una protesta estudiantil por una reforma del Seguro Social que afectaba a miles de trabajadores y jubilados. Aunque la medida fue revocada, las manifestaciones se extendieron tras la violenta acción de la Policía y paramilitares.
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) divulgado el lunes en Managua dio cuenta de 76 muertes en el último mes, así como 868 heridos (cinco de ellos de gravedad y aún hospitalizados) y 438 detenidos, en su gran mayoría estudiantes.