Huelga en Cataluña contra la acción policial: "Somos gente de paz"
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Barcelona. - Decenas de miles de personas se sumaron hoy a las marchas masivas y la huelga general convocadas en Cataluña en protesta por la acción policial que el domingo dejó cientos de heridos durante el referéndum soberanista no autorizado en la región.
La medida paralizó la capital, Barcelona: encontrar un taxi era casi imposible, los negocios y cafés estaban cerrados y el transporte funcionó con servicios minimos, lo que provocó largas esperas. Museos y otra atracciones de la ciudad más turística de España, como la emblemática basílica Sagrada Familia, cerraron también sus puertas.
En toda Cataluña hubo además atascos kilométricos por el corte de medio centenar de carreteras. Unas 30.000 personas se manifestaron en la ciudad de Girona y en Barcelona fue convocada otra gran marcha a las 18:00 horas (16:00 GMT).
En un clima festivo y reivindicativo, miles de personas se concentraron ante las escuelas de Barcelona en las que se produjeron disturbios el domingo, cuando la Policía que tenía orden judicial de impedir el referéndum se enfrentó con los votantes.
"Somos gente de paz", mostraba el cartel de un ciudadano ante la escuela Ramon Llull de Barcelona, donde los concentrados colocaron flores. Otra pancarta apelaba: "Europa, ¿eres ciega? La democracia está muriendo".
Pese al perfil independentista de la huelga, en la calle era fácil encontrar ciudadanos contrarios a la ruptura con España pero indignados por la acción policial. ""No queremos banderas ni fronteras. Esta huelga es para reivindicar la no violencia", dijo a dpa un joven con una bandera arcoíris con la palabra "Pau" (paz).
Según las autoridades catalanas, casi 900 personas tuvieron que recibir atención médica el domingo por heridas de diversa consideración o crisis de ansiedad. El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy cuestionó esa cifra y remarcó que solo cuatro personas fueron internadas.
La huelga fue convocada por entidades independentistas como Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium y sindicatos minoritarios de Cataluña. Se plegaron las universidades catalanas, trabajadores del puerto y la Federación Catalana de Fútbol, entre otros. Educación dio libertad para que cada escuela decidiera si secundar o no la medida.
También el Gobierno catalán apoyó la huelga. Para impulsar la participación, redujo los servicios mínimos y aclaró que no penalizará a los funcionarios que se plieguen al paro.
"Hoy es una jornada de protesta democrática, cívica y digna", escribió en Twitter el presidente del Gobierno catalán, el independentista Carles Puigdemont. "No nos dejemos llevar por las provocaciones. El mundo lo ha visto: somos gente pacífica".
La jornada se desarrolló sin incidentes, aunque en un clima de protesta y rechazo al Estado. La sede del PP en Barcelona quedó rodeada por unas 2.000 personas que responsabilizaban al partido por los incidentes. También la de los liberales de Ciudadanos, primera fuerza de oposición en Cataluña, se vio cercada por manifestantes.
"Esta mañana han insultado, increpado e intimidado a todas las personas que estaban en la sede", denunció Inés Arrimadas, jefa de Ciudadanos en Cataluña. "Esto es el nacionalismo catalán: señalar, insultar y acosar al discrepante".
El PP, por su parte, emitió un comunicado mostrando su "respaldo a la sociedad catalana no independentista, y mayoritaria, que está sufriendo el hostigamiento por parte de un sector de la sociedad catalana alentada desde el Govern de la Generalitat y sus socios".
En otro momento polémico, la televisión mostró imágenes de un hombre descolgando la bandera española reglamentaria del balcón del ayuntamiento de Tárrega, unos 100 kilómetros al oeste de Barcelona, y tirándola al suelo entre la ovación de los presentes.
Los dos sindicatos mayoritarios de España, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), evitaron apoyar la huelga general para no respaldar el plan independentista de Puigdemont. "Decimos claramente que no avalamos esa posición ni esa estrategia política", indicaron.
En su lugar, llamaron a un "paro de país" como protesta por la acción policial del domingo y pidieron "encauzar la situación y el conflicto político existente en Cataluña a escenarios de diálogo entre partidos y Gobiernos".
La consulta del domingo fue impulsada por el Gobierno catalán pese a que había sido suspendida por el Tribunal Constitucional, abriendo así un escenario de alta tensión y desenlace imprevisible.
La victoria del "sí" a la ruptura con España por un 90 por ciento -muchos partidarios del "no" veían el referéndum ilegal y no acudieron a votar- abrió las puertas a que el Parlamento catalán declare en los próximos días la independencia de la región, en un desafío inédito al Estado.
En toda Cataluña hubo además atascos kilométricos por el corte de medio centenar de carreteras. Unas 30.000 personas se manifestaron en la ciudad de Girona y en Barcelona fue convocada otra gran marcha a las 18:00 horas (16:00 GMT).
En un clima festivo y reivindicativo, miles de personas se concentraron ante las escuelas de Barcelona en las que se produjeron disturbios el domingo, cuando la Policía que tenía orden judicial de impedir el referéndum se enfrentó con los votantes.
"Somos gente de paz", mostraba el cartel de un ciudadano ante la escuela Ramon Llull de Barcelona, donde los concentrados colocaron flores. Otra pancarta apelaba: "Europa, ¿eres ciega? La democracia está muriendo".
Pese al perfil independentista de la huelga, en la calle era fácil encontrar ciudadanos contrarios a la ruptura con España pero indignados por la acción policial. ""No queremos banderas ni fronteras. Esta huelga es para reivindicar la no violencia", dijo a dpa un joven con una bandera arcoíris con la palabra "Pau" (paz).
Según las autoridades catalanas, casi 900 personas tuvieron que recibir atención médica el domingo por heridas de diversa consideración o crisis de ansiedad. El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy cuestionó esa cifra y remarcó que solo cuatro personas fueron internadas.
La huelga fue convocada por entidades independentistas como Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium y sindicatos minoritarios de Cataluña. Se plegaron las universidades catalanas, trabajadores del puerto y la Federación Catalana de Fútbol, entre otros. Educación dio libertad para que cada escuela decidiera si secundar o no la medida.
También el Gobierno catalán apoyó la huelga. Para impulsar la participación, redujo los servicios mínimos y aclaró que no penalizará a los funcionarios que se plieguen al paro.
"Hoy es una jornada de protesta democrática, cívica y digna", escribió en Twitter el presidente del Gobierno catalán, el independentista Carles Puigdemont. "No nos dejemos llevar por las provocaciones. El mundo lo ha visto: somos gente pacífica".
La jornada se desarrolló sin incidentes, aunque en un clima de protesta y rechazo al Estado. La sede del PP en Barcelona quedó rodeada por unas 2.000 personas que responsabilizaban al partido por los incidentes. También la de los liberales de Ciudadanos, primera fuerza de oposición en Cataluña, se vio cercada por manifestantes.
"Esta mañana han insultado, increpado e intimidado a todas las personas que estaban en la sede", denunció Inés Arrimadas, jefa de Ciudadanos en Cataluña. "Esto es el nacionalismo catalán: señalar, insultar y acosar al discrepante".
El PP, por su parte, emitió un comunicado mostrando su "respaldo a la sociedad catalana no independentista, y mayoritaria, que está sufriendo el hostigamiento por parte de un sector de la sociedad catalana alentada desde el Govern de la Generalitat y sus socios".
En otro momento polémico, la televisión mostró imágenes de un hombre descolgando la bandera española reglamentaria del balcón del ayuntamiento de Tárrega, unos 100 kilómetros al oeste de Barcelona, y tirándola al suelo entre la ovación de los presentes.
Los dos sindicatos mayoritarios de España, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), evitaron apoyar la huelga general para no respaldar el plan independentista de Puigdemont. "Decimos claramente que no avalamos esa posición ni esa estrategia política", indicaron.
En su lugar, llamaron a un "paro de país" como protesta por la acción policial del domingo y pidieron "encauzar la situación y el conflicto político existente en Cataluña a escenarios de diálogo entre partidos y Gobiernos".
La consulta del domingo fue impulsada por el Gobierno catalán pese a que había sido suspendida por el Tribunal Constitucional, abriendo así un escenario de alta tensión y desenlace imprevisible.
La victoria del "sí" a la ruptura con España por un 90 por ciento -muchos partidarios del "no" veían el referéndum ilegal y no acudieron a votar- abrió las puertas a que el Parlamento catalán declare en los próximos días la independencia de la región, en un desafío inédito al Estado.