La Vanguardia, Barcelona, España
El próximo 10 de junio la editorial Grijalbo pondrá a la venta La mano de Fátima,segunda incursión narrativa del abogado Ildefonso Falcones (Barcelona, 1958) tras el imprevisto y espectacular éxito de La catedral del mar,que ha vendido dos millones de ejemplares en castellano y catalán y otros dos millones en otras lenguas, convirtiéndose en una de las novelas españolas más difundidas de los últimos tiempos.
Pero el autor ha cambiado de escenario. Si su primera novela exploraba los recodos de la Barcelona medieval a través del ascenso en sociedad del joven Arnau, el nuevo libro está ambientado en la Andalucía de finales del siglo XVI y relata, a lo largo de casi mil páginas, la historia de un joven morisco que intenta salvar la fe y la cultura de su gente en los años previos a su expulsión colectiva de España.
"El protagonista - cuenta Falcones-es hijo de una morisca y de un sacerdote que la violó, con lo que está a caballo entre los dos mundos, el musulmán y el cristiano. Yo explico su trayectoria a partir de la guerra de las Alpujarras, en la que los moriscos se levantaron en armas porque ya no podían soportar más la explotación, la continúo en la Córdoba cristiana, adonde fueron conducidos miles de moriscos tras la derrota, y lo llevo hasta el momento de la expulsión". El título hace referencia a un amuleto "que utilizan tanto musulmanes como judíos y que preside la puerta de la Justicia de la Alhambra".
Conversión forzosa. En España vivían en el siglo XVI más de 300.000 moriscos, descendientes de musulmanes que tras la rendición de Granada en 1492 y el fin del último reino islámico peninsular recibieron garantías de que, tras su conversión forzosa al cristianismo (aunque muchos siguieron practicando su religión en secreto), serían respetados en sus vidas y costumbres.
"Pero no ocurrió así, se les trató muy mal, y subsistieron en condiciones de vida muy tristes, sometidos a acusaciones que recuerdan a las que se hacen hoy contra los inmigrantes: que tenían demasiados hijos, que no se integraban... En la Córdoba de la época se habilitaron auténticas casas patera, donde decenas de familias moriscas se hacinaban. Tuvieron que afrontar sucesivos brotes de xenofobia y hasta propuestas de limpieza étnica que iban desde castrar a todos los varones hasta hundirlos en el mar".
Finalmente, el rey Felipe III firmó la expulsión del colectivo sugerida por su valido el duque de Lerma el 9 de abril de 1609. El cuarto centenario de este hecho ignominioso ha motivado distintas publicaciones y simposios sobre el tema, y TVE ha finalizado recientemente el rodaje de Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos,un telefilme protagonizada por Fernando Guillén y Pablo Rivero. Pero Falcones no era consciente de que la fecha del aniversario se aproximaba cuando empezó a trabajar.
Caballerizas reales. "En realidad lo que me llevó hasta este lugar y esa época es mi interés por los caballos", explica el escritor, que en su juventud fue jinete de competición. "Felipe II, hacia 1560, ordenó la creación de una nueva raza de caballos cortesanos, para lo que hizo construir unas caballerizas reales en Córdoba, dando pie al nacimiento de la que se conoce como la raza del caballo español: el caballo de guerra había dejado de tener utilidad y en la corte se pedía un nuevo tipo de equino más de lucimiento. Esta historia, aunque fue el punto de partida, se ha convertido en una de las subtramas del libro, y mi personaje pasa un tiempo trabajando en esas caballerizas".
El autor barcelonés recorrió las Alpujarras, Córdoba y Valencia, principales escenarios de su novela, en busca de color local y de historias que pudiera utilizar más allá de los estudios generales sobre los moriscos, que abundan. Y así fue como topó con la curiosa cuestión de los Libros Plúmbeos del Sacromonte.
"Los moriscos granadinos decidieron falsificar una serie de libros de láminas de plomo que acreditaban unos huesos y cenizas que se habían encontrado en aquellas cuevas como reliquias de los santos cristianos Cecilio y Tesifón, quienes supuestamente habían venido a España con el apóstol Santiago. Y lo hicieron en su lengua, porque lo que pretendían demostrar era que el encuentro de religiones era posible y que el árabe podía servir como vehículo de difusión del cristianismo". La maniobra fracasó parcialmente: aunque la Iglesia granadina aceptó los libros como auténticos, el Vaticano declaró las reliquias falsas, pese a lo cual aún hoy se siguen venerando. "En La mano de Fátima el protagonista participa en este engaño, para lo que ha de crearse una identidad ficticia". Y junto a estas tramas secundarias, La mano de Fátima ofrece, como hacía La catedral del mar, distintos episodios de lucha, desgracia, amor y sexo y vicisitudes varias. La diferencia entre ambas novelas radica, según su creador, "en que el morisco de La mano de Fátima es un idealista mientras que el Arnau de La catedral...era un pragmático que buscaba la ascensión social".
De ocho a once. Ildefonso Falcones cuenta que el éxito no ha cambiado demasiado su vida cotidiana y que ha seguido con su despacho de abogado ("aunque he reducido un poco la actividad y cada día me reservo unas horas, de ocho a once de la mañana, para escribir, y el fin de semana sigo").
Falcones, que antes de debutar como novelista asistió a los cursos de la escuela de escritura del Ateneu de Barcelona, no tiene reparos en reconocer que igual que ocurrió con La catedral del mar, en su nueva novela ha trabajado en estrecho contacto con la editora del grupo Random House, Ana Liarás. "Discutimos los capítulos, ella me propone mejoras y orientaciones, que a veces acepto y a veces no. También revisa mis textos mi esposa, que detecta los fallos y pequeñas incongruencias que resultan inevitables en este tipo de libros largos".
"La mano de Fátima es más ambiciosa que La catedral del mar",nos cuenta Ana Liarás. "Aborda uno de los episodios menos gloriosos de nuestra historia, que se ha tocado muy poco en ficción, y plantea un mensaje muy universal de convivencia entre religiones que entonces no fue posible y aún hoy en muchos lugares sigue sin serlo. Narrativamente está muy bien construida, con una minuciosa ambientación histórica y un lenguaje sencillo pero muy eficaz. Y al narrar distintas etapas de la vida de un personaje nos ofrece varias novelas diferentes dentro de la misma novela".
El escritor barcelonés dice no agobiarse excesivamente con las grandes operaciones promocionales y parece animado ante la idea de volverse a sumergir en una. El grupo Random House, al que pertenece la editorial Grijalbo, ha preparado una fuerte campaña publicitaria, y la tirada inicial de la obra no estará por debajo del medio millón de ejemplares. "Lástima que el lanzamiento no haya podido coincidir con el Sant Jordi, es una jornada estupenda", concluye con un suspiro Ildefonso Falcones.