Irak lanza fuerza sunita anti-Estado Islámico en provincia de Anbar

AFP (Agencia France-Presse)

Amriyat al-Fallujah, Irak. - Más de 1.000 combatientes sunitas se unieron a la fuerza de Movilización Popular el viernes en la provincia de Anbar, como parte de los esfuerzos del gobierno para luchar contra el grupo Estado Islámico (EI) desde una perspectiva interconfesional.

Líderes políticos, tribales y responsables de seguridad acudieron en desfile a la base de Amriyat al-Fallujah, en una apuesta por dar protagonismo a la provincia donde comenzó la contraofensiva frente el EI.

"Vuestro país ha sido robado por una banda de ladrones y matones, y debéis luchar por recuperarlo", afirmó el gobernador de Anbar Soheib al-Rawi en el evento.

"Hagamos que este sea el día en el que declaramos una revolución masiva contra Daesh (acrónimo en árabe del EI). Vamos a echar a Daesh de nuestras casas, combatir su ideología extremista y estrechar el cerco en torno a ellos", afirmó.

Varias zonas de Anbar se encuentran bajo control yihadista desde la fulminante ofensiva del pasado junio, que permitió a los radicales hacerse con vastas zonas de terreno en Irak y en Siria. La capital de Anbar, Ramadi, ha estado a punto de rendirse completamente al EI durante varios meses.

La contraofensiva hasta ahora ha sido liderada por milicias chiitas, algunas de las cuales operan bajo el paraguas de la Brigadas Populares de Movilización, bajo control gubernamental.

Sin embargo, el primer ministro, Haider al Abadi, está decidido a incluir a combatientes sunitas en la lucha contra el EI en sus provincias natales.

Cientos de hombres de tribus suníes llevan semanas luchando en Anbar junto a la Brigadas Populares, pero el viernes marcó su reclutamiento oficial, con lo que a partir de ahora recibirán armas y un salario mensual de en torno a 650 dólares.

La orden del primer ministro iraquí es que la cifra de sunitas luchando contra el EI en Anbar ascienda a 6.000 hombres. 

Los voluntarios chiitas demostraron que son una parte esencial de la contra el Estado Islámico en los últimos meses, especialmente cuando las fuerzas iraquíes retomaron el control de la ciudad de Tikrit.

La desconfianza es palpable entre políticos sunitas y chiitas en el país, si bien las tensiones han disminuido desde que Nuri al Maliki fue sucedido por Abadi al frente del gobierno iraquí. Como prueba, el tono de los discursos el viernes fue más bien conciliador.



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