AFP (Agencia France-Presse)
BAGDAD. - Irak vivió el lunes una jornada particularmente cruenta, con atentados con coches bomba contra peregrinos chíitas al sur de Bagdad, que mataron a 22 personas, asaltos a ayuntamientos y violencia en otra partes del país, que dejaron en total 66 muertos.
Los atentados contra peregrinos chíitas que se dirigían a Kerbala, ciudad santa a unos 110 km de Bagdad, dejaron también 52 heridos, indicaron fuentes médicas y de seguridad.
Cientos de miles de personas, muchas de ellas a pie, hacen el peregrinaje a la ciudad santa de Kerbala durante 40 días tras la conmemoración anual chiita del Ashura, que marca la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma.
Pocas horas antes, en Tikrit, al norte de Bagdad, hombres armados ocuparon brevemente el ayuntamiento de esa ciudad.
Los asaltantes hicieron explotar un coche bomba ante la alcaldía, que luego ocuparon brevemente, según responsables de seguridad.
El ataque contra el ayuntamiento, que dejó a un concejal y dos policías muertos, pone de manifiesto la impunidad con la que asaltantes en Irak atacan blancos supuestamente de alta seguridad.
Las autoridades de Tikrit anunciaron hacia el mediodía que las fuerzas de seguridad habían recuperado el control del ayuntamiento, y liberado a 40 rehenes.
"Nuestras fuerzas mataron a un suicida, pero otros dos se hicieron estallar", dijo a la AFP Sabah Noori, portavoz de los servicios antiterroristas.
También en Tikrit, hombres armados mataron este lunes a tres soldados que vigilaban un oleoducto.
Mosul, en el norte del país, vivió también un día trágico, cuando hombres armados mataron a 12 personas en un autobús, según la policía y un empleado de la morgue.
Esa ciudad se ha convertido en una de las más peligrosas de Irak, con ataques de militantes e innumerables extorsiones a comerciantes.
También la provincia de Bagdad fue blanco el lunes de varios atentados sangrientos. Quince personas murieron y 38 resultaron heridas víctimas de cuatro coches bomba y una bomba lapa colocada en un vehículo, indicaron las fuentes de seguridad.
En la región de Tikrit, unos suicidas atacaron el lunes una comisaría en Baiji, con una táctica similar a la empleada por los asaltantes que atacaron la alcaldía de Tikrit. Primero hicieron explotar un coche bomba ante la entrada, luego tres de ellos entraron, matando a un oficial y un policía, y esperaron la llegada de las fuerzas especiales.
Al recuperar la comisaría, las fuerzas especiales mataron a uno de los asaltantes. Los otros dos se hicieron explotar y asesinaron así a tres policías.
Más de 6.500 personas murieron por la violencia desde comienzos de año. Se trata de la peor ola de violencia registrada en Irak desde 2008, a pesar del fortalecimiento de las medidas de seguridad y de numerosas operaciones contra los rebeldes.
Según un informe publicado en marzo, por lo menos 112.000 civiles murieron en Irak en los 10 años transcurridos desde la invasión de 2003 dirigida por Estados Unidos, que derrocó a Sadam Husein.
Las autoridades suelen acusar de esta violencia renovada a Al Qaida, y consideran que la guerra civil en la vecina Siria está favoreciendo a los miembros de la red islamista.
Pero algunos expertos y diplomáticos apuntan a que el gobierno es incapaz de satisfacer las demandas y frustraciones que alimentan la violencia.