La capacidad de la refinería de Shazand, cerca de Arak, debería alcanzar los 250.000 barriles diarios de aquí a septiembre, cuando finalice el último tramo de las obras, frente a los 170.000 barriles diarios iniciales, según la agencia Mehr.
Esta extensión de la refinería requirió una inversión de 3.300 millones de dólares, a los que la compañía petrolera china Sinopec participó a altura del 33%.
El complejo de Shazand tendrá capacidad para producir de aquí a septiembre 16 millones de litros de gasolina diarios, es decir 12 millones más que los actuales, según la agencia del ministerio de Petróleo Shana.
Irán, sometido a severas sanciones internacionales que afectan a su sector petrolero en respuesta a su controvertido programa nuclear, se lanzó a marchas forzadas en el desarrollo de su capacidad de producción de gasolina y de otros productos petroleros para alcanzar el autoabastecimiento.
Aunque segundo productor de petróleo de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), Irán debía todavía importar unos 20 millones de litros de gasolina diarios en la primavera de 2010, es decir un tercio de su consumo.
A la vez que lanzó la extensión de media docena de refinerías, incluida la de Arak, Teherán reconvirtió el verano pasado varios complejos petroquímicos que le permitieron alcanzar el autoabastecimiento en gasolina en septiembre.
La caída del consumo -del orden del 25% desde la supresión de subvenciones sobre los productos petroleros en diciembre- permitió a Teherán devolver en enero a las fábricas petroquímicas su vocación inicial, a la vez que permanecía autosuficiente en carburantes, según las autoridades.
Las obras iniciadas, que elevarán la capacidad total del país a 65 millones de litros diarios en septiembre de 2011, deberían incluso permitir a Irán convertirse en exportador de gasolina, según las previsiones oficiales.