Israel aprueba obras en Ciudad Vieja de Jerusalén, los palestinos protestan
AFP (Agence France-Presse)
JERUSALÉN, (AFP) - El gobierno israelí aprobó el domingo realizar obras públicas para "mejorar el acceso" al Muro de las Lamentaciones, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el lugar más sagrado del judaísmo, suscitando las protestas de la Autoridad Palestina que calificó la decisión de "ilegal".
"El gobierno dio su acuerdo a un programa para que se lleve a cabo el desarrollo de la explanada del Muro de las Lamentaciones y sus alrededores", informó un comunicado de la oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, precisando que el monto de las inversiones alcanzará 85 millones de shekels (17 millones de euros, 23 millones de dólares) en un periodo de cinco años (2011-2015).
"Los objetivos del plan son mejorar el acceso a millones de visitantes al Muro de las Lamentaciones y también a los vestigios arqueológicos, modernizando las infraestructuras y los transportes en el barrio", añadió.
Este anuncio fue inmediatamente criticado por la Autoridad Palestina, que calificó la medida de "ilegal".
"Es ilegal porque el lugar (de las obras) se encuentra en una zona ocupada y (los israelíes) no tienen derecho a realizar el más mínimo cambio en zonas ocupadas, en particular en Jerusalén", declaró a la AFP Gasan Jatib, portavoz de la Autoridad.
La Ciudad Vieja está situada en Jerusalén Este, el sector mayoritariamente árabe anexionado por Israel en 1967 y que los palestinos quieren convertir en la capital de su futuro Estado.
"La comunidad internacional debe presionar a Israel para que frene este proyecto destinado a cambiar la situación sobre el terreno", subrayó Jatib.
Este proyecto, bajo la dirección de la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, puede provocar firmes protestas en las instituciones musulmanas, por la proximidad de la explanada del Muro de las Lamentaciones con la explanada de las mezquitas, lugar santo del islam.
Las obras alrededor y en el interior de la Ciudad Vieja, donde se encuentran lugares importantes para las tres religiones monoteístas, tiene un carácter particularmente sensible y han dado pie a derrames de sangre en el pasado.
En 1996, la apertura por la municipalidad de Jerusalén de un túnel próximo a la explanada de las Mezquitas que desembocaba en un barrio musulmán, con el aval de Netanyahu, primer ministro también en aquella época, desató sangrientos disturbios que se saldaron con más de 80 muertos.
El mes pasado, la municipalidad israelí de Jerusalén anunció que quería abrir un nuevo acceso a la Ciudad Vieja, por primera vez desde hace más de un siglo, para el avance turístico de la ciudad.
Según las autoridades israelíes, el precedente plan de desarrollo quinquenal de la zona turística del Muro de las Lamentaciones, lanzado en 2004, permitió que el número de visitantes pasase de dos a ocho millones en 2009.
"Los objetivos del plan son mejorar el acceso a millones de visitantes al Muro de las Lamentaciones y también a los vestigios arqueológicos, modernizando las infraestructuras y los transportes en el barrio", añadió.
Este anuncio fue inmediatamente criticado por la Autoridad Palestina, que calificó la medida de "ilegal".
"Es ilegal porque el lugar (de las obras) se encuentra en una zona ocupada y (los israelíes) no tienen derecho a realizar el más mínimo cambio en zonas ocupadas, en particular en Jerusalén", declaró a la AFP Gasan Jatib, portavoz de la Autoridad.
La Ciudad Vieja está situada en Jerusalén Este, el sector mayoritariamente árabe anexionado por Israel en 1967 y que los palestinos quieren convertir en la capital de su futuro Estado.
"La comunidad internacional debe presionar a Israel para que frene este proyecto destinado a cambiar la situación sobre el terreno", subrayó Jatib.
Este proyecto, bajo la dirección de la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, puede provocar firmes protestas en las instituciones musulmanas, por la proximidad de la explanada del Muro de las Lamentaciones con la explanada de las mezquitas, lugar santo del islam.
Las obras alrededor y en el interior de la Ciudad Vieja, donde se encuentran lugares importantes para las tres religiones monoteístas, tiene un carácter particularmente sensible y han dado pie a derrames de sangre en el pasado.
En 1996, la apertura por la municipalidad de Jerusalén de un túnel próximo a la explanada de las Mezquitas que desembocaba en un barrio musulmán, con el aval de Netanyahu, primer ministro también en aquella época, desató sangrientos disturbios que se saldaron con más de 80 muertos.
El mes pasado, la municipalidad israelí de Jerusalén anunció que quería abrir un nuevo acceso a la Ciudad Vieja, por primera vez desde hace más de un siglo, para el avance turístico de la ciudad.
Según las autoridades israelíes, el precedente plan de desarrollo quinquenal de la zona turística del Muro de las Lamentaciones, lanzado en 2004, permitió que el número de visitantes pasase de dos a ocho millones en 2009.