AFP (Agencia France-Presse)
JERUSALÉN. - El gobierno israelí adoptó el domingo un plan de desarrollo de 90 millones de dólares para garantizar el desarrollo económico de Jersulén este, pero centrado en la seguridad, anunció el ayuntamiento.
Uno de los "puntos centrales de este plan adoptado por el gobierno es lograr una reducción sgnificativa de las manifestaciones de violencia, gracias a una acción destinada a reducir las disparidades en materia de infraestructuras, empleos de educación y de derechos sociales", explicó el ayuntamiento en un comunicado.
El plan prevé aumentar los medios humanos y tecnológicos de la policía para "reforzar el sentimiento de seguridad" de la población, explica el comunicado, que asegura que debería "permitir a corto y medio plazo una disminución significativa de más del 50% de las manifestaciones de violencia".
Según la municipalidad, la policía ha contabilizado en marzo y abril 390 casos de lanzamientos de piedras contra las fuerzas de seguridad y los vehículos particulares en Jerusalén este.
El plan parte del principio de que existe "un estrecho vínculo" entre el nivel de violencia de los habitantes de Jerusalén este "y su nivel de vida en su barrio", según el ayuntamiento.
El plan prevé mejorar las infraestructuras, el sistema educativo, el empleo y la ayuda social, pero la alcaldía no concreta cual es el reparto previsto de los créditos entre los gastos de desarrollo y los de seguridad.
Jerusalén este cuenta con 306.000 habitantes palestinos, el 38% de la población de la ciudad. El sector fue conquistado durante la guerra de junio de 1967 y anexionado, aunque la comunidad internacional nunca reconoció esta anexión. Más de 200.000 israelíes viven allí en asentamientos.
Los palestinos de Jerusalén este tienen un estatuto de residente permanente que les permite circular y trabajar en Israel, a diferencia de los palestinos de Cisjordania.
Al margen de las cuestiones de desarrollo económico de este sector de la ciudad, la tensión que reina allí se debe también mucho a la congelación del proceso de paz y el rechazo de Israel a contemplar que Jerusalén este se convierta, tal y como lo desean los palestinos, en la capital de su futuro Estado.