"Para nosotros, es muy beneficioso que luego de todos los intentos de deslegitimizar al Estado de Israel venga un acto que, por el contrario, nos da una legitimidad", afirmó el economista Arye Hilman, de la universidad Bar Ilan, al referirse a la adhesión israelí a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A principios de los 80, Israel tenía una inflación galopante de tres cifras y se veía obligado a devaluar su moneda en forma regular.
En 1994, una vez que logró salir del caos, el Estado hebreo envió observadores a la OCDE, integrada actualmente por 31 países -entre ellos México y Chile-, como primera etapa en su ruta hacia la adhesión.
Para Netanyahu, la aprobación de la OCDE abre nuevas fuentes de capitales para Israel, que pasa del estatuto de economía emergente al de economía desarrollada.
"El estatuto de Israel sólo es considerado a través del prisma del proceso de paz, que puede interrumpirse o avanzar según la voluntad de los palestinos. Pero hay un nuevo criterio: el estatuto económico, en particular el estatuto de la tecnología" en Israel, dijo Netanyahu.
Los palestinos protestaron enérgicamente contra la noticia y su ministro de Relaciones Exteriores, Riyad al-Malki, lamentó la adhesión a la OCDE de "un Estado ocupador que viola en forma diaria los derechos humanos y el derecho internacional".
De su lado, Netanyahu acusó a los palestinos de haber hecho campaña contra el Estado hebreo "hasta el último minuto".
El PIB israelí per cápita fue estimado en 28.400 USD en 2009, lo que ubicaría al Estado hebreo en el puesto 22 de los 31 miembros de la OCDE.
Según Netanyahu, Israel espera formar partte del "Top 1%" de aquí a diez años.
El año pasado, el Banco Central israelí informó de una crecimiento del PIB (Producto Interior Bruto) del 0,7% en 2009, contra una media de -3,3% para la OCDE. Para 2010, la OCDE prevé un crecimiento de 3 a 3,5% para Israel.
Sin embargo, Israel debe enfrentar numerosos desafíos.
De acuerdo con los datos de la OCDE, el 20% de sus 7,6 millones de habitantes viven debajo del umbral de pobreza, un porcentaje más alto que en cualquier otro país de la organización.
Además, cerca del 40% de los israelíes en edad de trabajar no tienen empleo, contra un 33% en los países de la OCDE, siempre según la organización.
Esto se debe principalmente a las tradiciones en vigencia entre las comunidades árabes y ultraortodoxas judías, que representan un escasa parte de la población activa aunque tienen altas tasas de natalidad.
"Cerca de la mitad de los niños que llegan a la escuela primaria forma parte de una de esas dos comunidades", según la OCDE.