El conflicto persiste con relación al estatuto y las condiciones de empleo de unos 300.000 asalariados interinos en el sector público y una parte del sector privado, desfavorecidos con relación a sus colegas titulares.
La huelga afectó las oficinas públicas y hospitales, el correo, la empresa de electricidad, bancos, trenes, puertos, la Bolsa de Valores y una parte de los establecimientos de enseñanza.
El aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv y los puertos funcionaron casi normalmente hasta el mediodía del viernes.
El secretario general de la Histadrut, Ofer Eini, dijo a la prensa que el acuerdo, que parecía a punto de ser concluido, se fue al agua cuando el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, exigió a los sindicatos que renuncien a hacer otra huelga durante cuatro años, una demanda rechazada de inmediato.
Eini también indicó que esperaban obtener aclaraciones sobre los criterios que permitirían, en el escenario de las nuevas disposiciones, considerar a un cierto número de empleados temporarios como permanentes.
El gobierno afirmó estar dispuesto a hacer concesiones sobre el estatuto de los empleados temporarios, pero que se negaba a conceder a todos los empleados en esa categoría los mismos derechos de los empleados permanentes, por los efectos "desastrosos" que ello tendría sobre la economía.